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| - El descubrimiento incuestionable más antiguo de estos insectos se extiende al Período Carbonífero inferior, aproximadamente 350 millones de años. Cuando comenzaron a radiar las plantas con flores en el periodo Cretáceo, muchos insectos coevolucionaron con ellas. La primera aparición de abejas está estrechamente relacionada con el hábito alimentario de las mismas, cuando las cazadoras de presas (insectívoras), cambian a ser comedoras de polen y nectar (herbívoras) obtenidos de las flores de las angiospermas. La abundancia de néctar y polen como fuente alimeticia disponible contribuye al desarrollo larval. En el Eoceno antiguo se encontraron fósiles de abejas melíferas, conservas en ámbar báltico de la Prusia Oriental (Zander y Weiss, 1964). Estas abejas tienen carácteres morfológicos similares a los Meliponini actuales y algunos de los Apini. La eusociabilidad en abejas originada de abejas solitarias es más tardía. En las abejas solitarias, la postura de huevos por hembras que anidan y luego recogen comida para alimentar a las larvas. La madre muere antes de ver la la descendencia, la masa de alimento que aprovisiona a la larva es la clave. En la jerarquía social la colonia de insectos sociales la hembra fértil (Reina) empieza poniendo huevos y toman a cargo el cuidado de la misma hembras estériles u Obreras. Las hijas se unen a su madre en el mantenimiento de la colmena. La madre se especializa entonces en la puesta de huevos y las hijas estériles quedan al cuidado de la cría. Los insectos eusociales se caracterizan por presentar los siguientes atributos:
* El cofuncionamiento entre los adultos en el cuidado de la cría y de construcción del nido de cría.
* Solapando de por lo menos dos generaciones.
* La división del trabajo de reproducción: Hembra reproductiva (Reina) y Hembras estériles (Obreras). En los abejorros el camino evolutivo es similar al de las abejas solitarias. Los Meliponidae son abejas eusociales que evolucionaron después de los abejorros (Bombidae). Las abejas melíferas que pertenecen a Apidae y encontramos en ellas aspectos evolutivos como la picadura como mecanismo de defensa del nido, aprovisionando progresivo, la comunicación a través del baile, división de trabajo, castas reproductoras y termoregulación de la temperatura.
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