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| - El reconocimiento de las enfermedades de las abejas en sus primeros estadios nos permite llevar a cabo rápidamente los cuidados y manejos adecuados y con ello el control efectivo de las mismas. La preparación de los apicultores en este aspecto es muy importante y necesaria, pero a veces ésta requiere de la ayuda de los centros de diagnóstico para corroborar y asegurar el propio diagnóstico o bien para saber que está sucediendo en realidad en la colmena. En el caso de la cría el aspecto de los panales en su conjunto y, de las larvas y pupas en particular, son más o menos especificas para cada enfermedad y nos permiten efectuar un diagnóstico diferencial en el apiario; pero en el caso de las abejas adultas la sintomatología es prácticamente la misma para todas las enfermedades que las afectan, por lo que sólo el análisis de laboratorio nos da un diagnóstico seguro. A veces, sin embargo se notan irregularidades en los panales con cría, trastornos y muerte de abejas adultas, que parecen debidos a ciertas enfermedades infecciosas o parasitarias pero que en realidad son consecuencia de factores diversos (frío, hambre, reinas anormales, intoxicación por plaguicidas, disentería, etc.) es decir trastornos no infecciosos. Con observaciones atentas podemos en general aclarar estos equívocos, corroborando siempre de ser posible el diagnóstico con análisis laboratorial en casos de duda, para evitar llegar a un resultado equivocado con todo lo que ello implica: pérdida de tiempo, aplicación de productos químicos en las colmenas innecesarios o no específicos, pérdida de dinero y, en los casos mas graves disminución de población y muerte de colonias. Entre los trastornos mas comunes no infecciosos se encuentran muerte por frío, hambre, diarrea, defectos hereditarios, intoxicaciones por plaguicidas, acción de polillas, muerte de la cría o de las abejas adultas por sobrecalentamiento, carencias nutricionales, etc.
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