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| - Toxicidad. La abeja africana o abeja africanizada, debido a su instinto migratorio partió de Brasil y arribó a México desde 1986. Desde entonces todos los ataques de los enjambres a los humanos se han atribuido a esta especie, pero sólo en un número reducido de casos se ha podido demostrar científicamente. La especie europea “americanizada”, si bien es menos agresiva y su ataque de menor alcance, posee un veneno similar a la africana y ha sido responsable de la mayor parte de los ataques a humanos. El veneno de ambas está formado por una mezcla compleja de fracciones: Api m I= fosfolípido A; Api m II= hialorunidasa; Api m III= melitina; Api m IV= fosfatasa ácida; Api m VI (no hay V)= alergeno C; además de histidina, histamina y otros componente menores. Es importante destacar que el reservorio venenífero es mayor en la especie americanizada que en la africanizada: 147 versus 94 µg. La gravedad del envenenamiento depende de la sensibilidad individual y del número de picaduras infringidas. Así, en un sujeto hipersensible puede ocurrir la muerte con una sola picadura y ha habido sobrevivientes de 500 picaduras. El veneno causa reacciones alérgicas y efectos tóxicos. Manifestaciones clínicas. Dolor intenso en el sitio de la picadura, acompañado de edema, eritema e induración que remiten espontáneamente en 24 a 48 horas. La fracción Api m III causa los efectos tóxicos, afortunadamente raros: vómitos, diarrea, hemoglobinuria, trombocitopenia, rabdomiolisis con insuficiencia renal secundaria, edema cerebral y desmielinización periférica y neuropatía como consecuencia. Las fracciones Api m I y III provocan reacciones de hipersensibilidad mediadas por las IgE e IgG: reacciones menores como urticaria, rinitis vasomotora o edema labial; o mayores como edema laríngeo, broncospasmo y choque anafiláctico que puede causar la muerte. Diagnóstico. Antecedentes de picadura por una o varias abejas, presencia del aguijón en las lesiones locales. Tratamiento. Control del dolor con acetaminofén, contraindicados el metamizol (dipirona) y la aspirina, compresas frías y extracción cuidadosa de los aguijones para no exprimir la bolsa venenífera, lo que podría aumentar el daño; para el caso se usa una tarjeta de cartón o plástico para retirar el aguijón sin tocar la bolsa. Dada la emergencia son útiles los antihistamínicos y corticosteroides por vía iv. El uso de adrenalina está controvertido. De acuerdo a la evolución el paciente puede requerir de apoyo vital avanzado.
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