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| - Iglesia de la Piedra Relámpago
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| - thumb|260px|Fresco de Isandula donde se observa al Caballero dorado y al Dragón La Iglesia de la Piedra Relámpago fue una iglesia del Catheric situada en Terra que existió durante las Guerras de Unificación. Contenía la Piedra del Relámpago, una reliquia a la que se atribuían poderes curativos, y una larga serie de antiguos frescos de la artista Isandula que representaban figuras desnudas en un jardín mágico, una explosión de estrellas, una batalla entre un caballero dorado y un dragón de plata, o un maravilloso ser de luz rodeado por un halo de maquinaria dorada. Esto en realidad representaba al Emperador derrotando al Dragón de Marte milenios atrás.
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| - thumb|260px|Fresco de Isandula donde se observa al Caballero dorado y al Dragón La Iglesia de la Piedra Relámpago fue una iglesia del Catheric situada en Terra que existió durante las Guerras de Unificación. Contenía la Piedra del Relámpago, una reliquia a la que se atribuían poderes curativos, y una larga serie de antiguos frescos de la artista Isandula que representaban figuras desnudas en un jardín mágico, una explosión de estrellas, una batalla entre un caballero dorado y un dragón de plata, o un maravilloso ser de luz rodeado por un halo de maquinaria dorada. Esto en realidad representaba al Emperador derrotando al Dragón de Marte milenios atrás. Su último cuidador fue el sacerdote Uriah Olathaire y la iglesia ostentó el dudoso honor de ser el último lugar público de culto en ser destruido por los guerreros del Emperador. Su destrucción fue supervisada por el propio Emperador, quien bajo la apariencia de un simple guerrero llamado Revelación, se enzarzó en un debate con Olathaire sobre los relativos méritos de la religión y de la Verdad Imperial. Al finalizar su conversación, el Emperador reveló a Uriah que este no era enviado por Dios sino que la influencia psíquica del Señor de la Humanidad había provocado visiones en el sacerdote. La iglesia fue quemada hasta los cimientos y Olathaire, a pesar de que se le ofreció un lugar junto al Emperador y en un momento pensó en unirse por ese vínculo que sentía con Él, prefirió escoger el martirio en las propias llamas que arrasaban su iglesia.
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