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| - stas últimas semanas la cosa ha ido bastante bien. Supongo que es por la guerra. Muchos mercaderes y cobardes buscan un lugar en el que agazaparse y esconderse de tanto combate. Les he dicho a mis hombres que alivien la carga de estas pobres almas librándoles del oro que portaban con ellos.
- as patrullas de guardia del camino han aumentado muchísimo, apenas podemos salir del campamento. Supongo que los viajeros se habrán quejado al jarl. Parece que la guardia aún no está preparada para atacarnos, pero mis hombres ya sienten la presión. Por ahora, haré que Ra'jirr monte guardia con Ulfr. Eso debería hacer que dejen de preocuparse por la seguridad. ¡Maldito Balgruuf!
- ¡Un motín! ¡Entre mis hombres! Me cuesta creerlo. Gracias a los dioses que Ulfr se enteró a tiempo. Puede que sea ciego, pero no es sordo. Acabé con Anjor por mi cuenta. Un par de hombres intentaron huir, pero les dimos caza bastante deprisa. Solo se nos han escapado Eisa y Ra'jirr. Que les vaya bien.
- e oyen rumores de que un dragón ha atacado Helgen. ¡Un dragón! Ya lo dudo. Suena más bien a una historia inventada por algún idiota aterrorizado por la guerra.
En cualquier caso, parece que la guardia se ha retirado a la ciudad, por lo que hemos podido volver a dar unos cuantos golpes decentes. Uno de los mercaderes llevaba un cargamento de lo más peculiar: un montón de pieles y animales, incluido un lobo. Dejé que los hombres asaran todos los animales, pero he salvado al lobo. Nos vendrá bien tener un perro guardián así, si es que conseguimos domesticarlo un poco...
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