e tiemblan las manos. Por fin tengo en mi poder la Garra de oro, y con ella el poder de los héroes nórdicos antiguos. Ese idiota de Lucano Valerio ni se imagina que su objeto decorativo preferido de la tienda era la llave del túmulo de las Cataratas Lúgubres.
Ahora solo necesito llevarlo al Salón de las Historias y abrir la puerta. La leyenda cuenta que los nórdicos establecieron una prueba para alejar a los indignos, pero que "con la Garra de oro en tu poder tendrás la solución en la palma de la mano".