Los modeladores de carne mogu se deshacían de sus creaciones fallidas en un pozo abismal bajo la fortaleza de Lei Shen. El hedor de la descomposición atrajo a muchos carroñeros a la fosa de desechos, incluido al gran Ji Kun. Despiadada y astuta, la monstruosa ave devoró a sus rivales uno por uno hasta que se hizo con el dominio exclusivo del sombrío túnel.
Los modeladores de carne mogu se deshacían de sus creaciones fallidas en un pozo abismal bajo la fortaleza de Lei Shen. El hedor de la descomposición atrajo a muchos carroñeros a la fosa de desechos, incluido al gran Ji Kun. Despiadada y astuta, la monstruosa ave devoró a sus rivales uno por uno hasta que se hizo con el dominio exclusivo del sombrío túnel.