Querido,
Ha pasado un año desde que te fuiste a trabajar a las minas. Te agradezco tu esfuerzo, y por supuesto se lo agradezco también a la persona que nos salvó de nuestra miseria.
Se supone que ibas a estar fuera por un año. Ese era el trato. Pero aun no has vuelto. ¿Por qué?
Pero no solo tú. Amigos, vecinos... desaparecen, y nunca vuelven.
He escuchado rumores de gas venenoso y bestias, horrores que no puedo ni describir y cosas que no puedo ni imaginar.
Espero que vuelvas a casa lo antes posible. Te estoy esperando.