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| - La Gloria de Terra era la nave insignia de Eugan Temba, Gobernador de Davin nombrado por el propio Horus tras la pacificación del planeta. Por motivos desconocidos, al poco tiempo de seguir su camino la 63ª Expedición al mando de Horus, Eugan Temba le traicionó al sentirse fascinado por el poder de la Disformidad y se entregó al culto a Nurgle, y el Gloria de Terra cayó sobre una de las lunas de Davin. Tras varios golpes que habrían matado a cualquiera menos a un siervo de Nurgle, Horus finalmente fue capaz de matar a Temba, pero al mismo tiempo este consiguió herirle en un hombro.
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| - La Gloria de Terra era la nave insignia de Eugan Temba, Gobernador de Davin nombrado por el propio Horus tras la pacificación del planeta. Por motivos desconocidos, al poco tiempo de seguir su camino la 63ª Expedición al mando de Horus, Eugan Temba le traicionó al sentirse fascinado por el poder de la Disformidad y se entregó al culto a Nurgle, y el Gloria de Terra cayó sobre una de las lunas de Davin. Así, en ruinas y en medio de lodazales nauseabundos pasó la orgullosa nave más de 60 años hasta que los Lobos Lunares volvieron a la luna, guiados por una transmisión proveniente de la nave, con el objetivo de vengar la traición de Temba. Horus estaba cegado de odio por culpa de Erebus y no pudo darse cuenta de la insensatez que suponía asaltar a ciegas los restos de la nave. Dejó fuera cubriendo la retaguardia a dos de sus Capitanes más curtidos, Garviel Loken y Tarik Torgaddon, y se adentró en ella junto con Abaddon, Verulam Moy y Luc Sedirae. A pesar de las reticencias de Loken y de Moy, Horus se empeñó en proseguir incluso cuando los diferentes grupos perdieron el contacto por radio dentro de la nave. Ésta estaba llena de un aire pestilente y contaminado, y lleno de babas podridas que carcomían los muros de metal. En un determinado momento, el contingente de Lobos Lunares fue atacado y la Gloria de Terra salió despedida varios metros hacia el cielo para volver a caer, causando la muerte de muchos de los Astartes del interior e hiriendo de cierta gravedad al mismísimo Horus, que tras ese momento se encontró solo dentro de la Gloria de Terra. Horus tuvo que acabar con numerosos Zombies de Plaga hasta llegar al puente de mando de la Gloria de Terra. Allí le esperaba Temba, convertido en una podrida y enorme masa de carne que hablaba con una voz húmeda y glotal. Tras intentar tentar a Horus, Temba se lanzó contra él usando un Anatham. Parecía imposible que una masa fofa como Temba se moviera con una habilidad tal que rivalizaba con la del propio Horus, pero éste captó que no era Temba sino la espada quien realmente tenía esa habilidad. Tras varios golpes que habrían matado a cualquiera menos a un siervo de Nurgle, Horus finalmente fue capaz de matar a Temba, pero al mismo tiempo este consiguió herirle en un hombro. Y así, a bordo de la Gloria de Terra, fue donde dio comienzo el principio del fin.
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