abstract
| - 1 Abora bien, estí aquí yo, Jarom, ascrebo unas poquicas parablas d´acoerdo con er mandao e mi paere, Enós, pa que sia mantenía noestra genalogía. 2 Y como aquestas "planchas" son pequeñas, ya qu´estas cosas s´ascreben con la enza e conrear a noestros hemmanos los lamanitas, s´ha mesté, ansina, qu´ascreba un poquico; anque n´ascreberé lo e las pofecías mías y e las revelanzas, pos ¿qué más poería yo ascrebir e lo que los paeres míos han ascrebío? ¿Acaso n´han descubrío ellos er plan e sarvación? Los digo que sí: y esto m´abasta. 3 He aquí, sus convene que s´haga muncho intre este puebl-lo, po curpa la dureza los corazones suyos, y la sordera sus oyíos, y la ceguera las mentes suyas, y la dureza la nucra suya; anque, er Dios es misericordioso anorre con ellos, y dica abora no los ha varrío d´encima la tierra- 4Y hay munchos intre nosutros que receben munchas revelaciones, poique no tos son encaezonaos. Y tos qualos son di dura nucra, y tenen fe, gozan di comunión con er Santo Esprito, er qualo s´apaice a los hijos e los hombres sibún sia la fe suya. 5- Y ará bien, he aqui, haíban pasao ya dorcientos años, y er puebl-lo e Nefí se haíba hacío juerte ner país. S´esjuerzaban por uardar la lay er Moisés y santificar er día descanso alante er Siñor. Y no pofanaban ni tampoco brasfemaban; y las layes er país eran muncho reutas. 6 Y estaban esturreáos po una grande parte la supreficie la tierra, y los lamanitas tamién. Y éstos eran muncho más nummerosos qui los nefitas, y gozaban con el asesinato y bibían la sangre l´alimales. 7 Y suceyó qui munchas veces viníon a la batalla contra nusotros, los nefitas. Pero noestros rayes y gubernantes eran jrandes hombres en la fe er Siñor; y anseñáon a la gente los caminos er Siñor; po lo qualo, auantemos a los lamanitas y los echémos e noestras tierras, y principemos a jortificar noestras zudiás, y los llugares e noestra herencia, cualsiquiá qui juán. 8 Y nus munchpicamos anorre, y nus esturrémos po la supreficie la tierra, y allegamos a ser muncho ricos en oro, y en prata, y en cosas preciosas, y en obras finas en maera, en eificios, y en mecanismos, y tamién en jierro y cobre, y en bronce y acero, trejinando to tipo d´herramentas e varias crases pa cutivar la tierra, y armas e guerra, sí, la flencha punchante, y l´aljaba, y er dardo, y la jabalina y tos los apechusgues pa la guerra. 9 Y estando ansina e priparáos p´hacer frente a los lamanitas, éstos no puiéon con nusotros, sino que se complió la parabla qu´er Siñor dició a noestros paeres, iciendo: Sibún uardéis los mandamientos míos, se conrearéis en la tierra. 10 Y suceyó que los pofetas er Siñor castigáon ar puebl-lo e Nefi, sibún la palabra er Dios, que si ellos no uardaban los mandamientos, poique fartaban a la lay, serían echáos e la tierra. 11- Po lo qualo, los pofetas y los curas y los maestros trebajáon aína, alimando con grandarie ar poebl-lo pa la rapiés, anseñando la lay er Moisés y la causa pa la quala jué dá, aconvenciéndoles pa mirar p´alante incia er Mesías y a creyer en l´alleganza suya como si ya se juá confirmáo. Y jué d´aquesta menera como les anseñáon. 12 Y suceyó que por obrar ansina, devitaron que los der puebl-lo juán destruíos d´en toa la tierra; pos apenaron sus corazones con la parabla, aconvenciéndoles sin parar pa que s´arrepintián. 13- Y pasó qu´haíban pasao dorcientos trenta y ocho años en guerras y llunchas y desacuerdos durante una grande parte er tiempo. 14 Y yo, Jarom, n´ascrebo más, poique las planchas son nanas. Pero he aquí, hemmanos míos, poéis acuir a las otras planchas de Nefi, pos he aquí, en ellas está ascrebía l´hestoria noestras guerras, sibún los ascrebíos e los rayes, u lo qu´ellos mandáon ascrebir. 15- Y entriego estas planchas a las manos el hijo mío Omni, pa que s´alleven sibún los mandamientos e mis paeres.
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