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| - Es llamada la Hija de las Sombras. Es un eco de un pasado antiguo, revestida del esplendor de una antigüedad cortesana, y la promesa de un futuro más brillante. Dispuesta para la guerra, es un recipiente para el poder de un dios recién nacido. Si uno cree los susurros de los Videntes, ella es la asesina de Biel-Tan, la Bruja rebelde destinada a fracturar su corazón de hueso espectral. Si uno presta atención a los murmullos de los Arlequines, ella es tanto una salvadora como una destructora; la perdición de un Mundo Astronave, pero también la esperanza de su raza. Si uno escucha los cantos fúnebres de los bardos Eldars, ella ha recorrido las Sendas del Guerrero y del Brujo, ha navegado en el exilio con los Corsarios, y ha desenvainado espadas en el mayor coliseo de Commorragh. Su presencia es la salvación misma, concediendo a sus seguidores la bendición del Dios Susurrante y salvando sus espíritus de ser devorados por Slaanesh. En la guerra, está rodeada por un halo de almas invisibles, la fuerza vital de los caídos y los descreídos. En su agraciada mano sostiene la espada ancestral Kha-vir, la Espada de los Dolores, cuyo filo convierte a sus víctimas en cenizas sin alma. Ella es Yvraine, Emisaria del Dios de los Muertos, y es la última esperanza de los Eldars.
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