thumb|132pxLo que el comandante Vo’jak carece en brillantez estratégica, lo compensa con ferocidad pura. Sus devastadores golpes fueron cruciales para la colocación del insidioso puente que permitió a los mántidos infiltrarse en la isla. Sin embargo, trazar planes de batalla es algo para el general mántido; Vo’jak sólo quiere sangre.
thumb|132pxLo que el comandante Vo’jak carece en brillantez estratégica, lo compensa con ferocidad pura. Sus devastadores golpes fueron cruciales para la colocación del insidioso puente que permitió a los mántidos infiltrarse en la isla. Sin embargo, trazar planes de batalla es algo para el general mántido; Vo’jak sólo quiere sangre.