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| - Con la llegada al gobierno del gremialista Joaquín Lavín a la Presidencia de la República en marzo de 2000, y tras la designación como ministro de Relaciones Exteriores de Andrés Allamand, la política exterior chilena sufre algunas modificaciones. La primera meta señalada por el jefe de Estado decía relación con el diseño de una política exterior de "inserción internacional que encuadre en la nueva realidad del mundo". De esta forma, la nueva administración manifestó su inquietud por mejorar la posición internacional de Chile, de "recuperar respeto y prestigio" por parte de la comunidad internacional. El canciller Allamand instó a dejar de lado las camisetas políticas y trabajar por el bien del país. Sin embargo, en los primeros días del nuevo gobierno se cuestionó duramente las políticas exteriores de la Concertación, se afirmó una "falta de profesionalismo", tras la detención del general Augusto Pinochet en Londres, lo que el nuevo gobierno calificó de "atentado a la soberanía nacional". Asimismo, las nuevas autoridades de la Cancillería mencionaron una "defensa mal planteada y un tribunal mal constituido" frente a la pérdida de la Laguna del Desierto en 1995.
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