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| - Ella solía ser una niña normal. Algo extravagante, divertida, dedicada a los demás; sumamente encantadora. No olvidarán eso de ella, como tampoco olvidarán el día en el que se tornó muy distinta. De la noche a la mañana su alegría se volvió sollozos y extraños delirios. Se tornó agresiva, asocial; todo a su alrededor perdía color al tiempo que ella también lo hacía: solo gustaba de la gélida soledad. Le era suficiente estar consigo misma y con su viejo celular. Cuando era pequeña, no había causado problemas a diferencia de su traviesa hermana menor, pero en la adolescencia se llenó de odio hacia todo y hacia todos. Pasaba el tiempo sola con aquel aparato, preocupando a su familia. Principalmente a los padres, puesto que esta atenta pareja trataba de ayudarla y protegerla, incluso de sí misma. Pero la joven sentía que todo lo que hacían por ella tenía la intención de hacerle infeliz porque "era un estorbo"; se decía que sus padres le prohibían las cosas por gusto y usaban la frase "es por tu bien" como excusa. De momento, las peleas se volvían más frecuentes, especialmente con su padre. Las discusiones continuas con él la marcaban más y más hasta que llegó la agresión física y psicológica. Ya él no sabía qué hacer con ella; le arruinaba la vida. Al fin y al cabo, todo lo que tenía era su pequeño celular, aparato que usaba para comunicarse con su hermana, y su bella sonrisa que buscaba ocultar sus verdaderos pensamientos. Pronto la comunicación familiar se limitó solo a ella y su hermana. Se mantenía encerrada en su habitación, sin que nadie supiese si comía o bebía; nadie sabía si siquiera podía llegar a la puerta, si estaba o no atrapada: solo se oían sus murmullos y sollozos. ¿Qué pasaba por su cabeza? ¿A qué se debía la distancia? ¿Qué razones la llevaron al cambio de actitud? Ninguna de estas preguntas tenía respuesta clara para su familia. La única razón que encontraban era que quizás era parte de su crecimiento, que estaba en dicha etapa. Pero todo se desvió al punto en el que la mente de la chica salía de la realidad. Solo usaba el celular mientras se mordía las uñas. Sus padres, desesperados, trataron de forzar la entrada al cuarto de cualquier forma, y al hacerlo finalmente se horrorizaron con el estado en el que su hija se encontraba. Estaba en el suelo, encorvada en una esquina. Su piel, cubierta de heridas provocadas por las largas y descuidadas uñas que tenía, y en sus manos aquel celular que no dejaba en ningún momento. Sus padres quisieron acabar con eso de una vez por todas. El padre tomó a la hija de la muñeca y le arrebató el celular con la intención de hacer desaparecer el aparato de una buena vez, pero su hija explotó en una rabia fulminante y le atacó sin dudarlo. Trataron de separar al par, pero la hija se aferraba al hombre con sus deformes uñas. Cuando lo lograron, el padre terminó con el rostro ensangrentado y arañado, sumamente confundido. - Maldita sea, ¿qué mierda te ocurre, qué te pasó? -gritó él-. Antes te comportabas bien, eras una buena chica... ¿¡Qué sucedió!? La hija duró unos segundos con la mirada clavada en el mayor, para luego responder con un tono desagradable, arrastrando las palabras: "¿Quieres saber en serio qué sucedió? ¿Quieres saber lo que cambió en mí? ... ¿No es obvia la respuesta?" Todos permanecieron en silencio mirando a la chica, como si esta fuera ahora un monstruo. Una mala sensación los invadía, y más aún al verla señalar a su hermana como si esta fuera la causante del problema. Los padres miraron a la otra joven, quien, en una sonrisa que solo las jóvenes notaban, buscaba qué responder mientras era apuntada. - ¿Yo? ¿Yo que tuve que ver? No entiendo lo que me quieres decir... El padre se enojó ante la acusación y reprendió a la chica por culpar a su hermana. Le propinó una bofetada que casi hacía volar sus dientes, ocasionando en su labio inferior una herida ante el golpe con su ortodoncia y manchando así su mandíbula de sangre. - ¡VE A DORMIR! -ordenó él mientras la familia salía de la habitación para luego cerrar la puerta de golpe. Ella se mantuvo en silencio mientras le nacía una pequeña sonrisa. Paseó su lengua por sus labios, saboreando el líquido rojo: la sangre se había vuelto una adicción para ella. No le importaba lastimarse para probar un poco de la propia. Se levantó y buscó un cuchillo que guardaba como tesoro, sentándose al borde de la cama y empezando a afilar sus uñas con el objeto. Durante la tarea reía suavemente, primero bajo y calmo, luego subiendo un poco más el tono hasta llegar al descontrol. Se debía desquitar de alguien, así que para cuando terminó su tarea, abrió la ventana y escapó rumbo a la ciudad. Desprendió sus alas asimétricas y monocromáticas, extrañas, monstruosas; únicas. Las blandió con fiereza por los aires mientras buscaba su objetivo, hasta que lo localizó... Entrada la noche, volvió a su casa y ocultó en su espalda su envergadura. La vestimenta ensangrentada, la sonrisa adornando sus labios ahora enrojecidos, la mirada heterocrómica. En general, su apariencia era inolvidable a cualquier triste espectador. Gritos espantosos se produjeron en el encuentro de quien ahora se haría llamar "Sharp Nails" y su ya fallecido padre. Paredes arañadas producto de los desesperados intentos del hombre de liberarse de su hija, mientras esta anunciaba suavemente la llegada de su juicio. Nadie más lo presenció, nadie más lo supo nunca; las palabras fueron arrastradas al olvido por el viento para ser conocidas solo por el cazador y la presa. Salió de la escena tomando vuelo nuevamente, dirigiéndose hacia el bosque; el camino le sirvió de reflexión en cuanto a qué sería de ella, cómo sería su soledad. Tal vez ese era su destino, pero ciertamente no quería pasar su eterno camino sola. No lo estaría. Sintió aquella presencia a sus espaldas, acompañando al anterior susurro. Giró su rostro hacia la persona: sabía bien quién estaba allí. Le conocía, había crecido con ella, y esta le había hecho lo que era ahora. Le había causado problemas, pero ahora eso no importaba. Ahí estaba su contraria, su complemento, su sangre, y ahora iban a estar juntas por siempre. Categoría:Mentes trastornadas Categoría:CC
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