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| - ¡El Outworld era MÍO! Mientras me hacía pasar por la joven Kitana, tuve acceso al control de su ejército y con él tomé el control de la fortaleza de Shao Kahn, todo en busca de la "paz". Tenía planeado continuar con esta farsa hasta que las fuerzas de Edenia estuvieran lo suficientemente corruptas como para seguirme bajo el nombre de Mileena, la verdadera conquistadora del Outworld, pero mis planes se vieron frustrados cuando la fortaleza fue atacada... ¡Shao Kahn había regresado! ¡Y no estaba solo! Mientras veía el inicio de su asalto desde la seguridad otorgada por el balcón imperial, reconocí a los dos guerreros que le ayudaban: Goro, el Príncipe Shokan, y Shang Tsung, el maldito Hechicero de la Oscuridad... mi creador. Juntos aplastaron a todo aquel que defendía la fortaleza. Me escondí en la sala de trono y ordené a los magos edenianos que crearan una barrera mágica que protegiera la puerta principal. Resultó inútil, ya que su magia no era comparable al poder de Shao Kahn. Rompió la puerta y entró caminando con la misma confianza en sí mismo que siempre. Cuando se encontraba frente a mí, los dos magos corrieron para defender a su princesa, colocándose entre Shao Kahn y yo. Qué sorpresa debieron llevarse cuando fue su propia "princesa" la que los apuñaló por la espalda. Cayeron al suelo y Shao Kahn, confundido, se detuvo. Tras quitarme el velo me arrodillé ante él y le dije: "Bienvenido a casa, maestro". Shao Kahn aceptó mi rendición y más tarde me ordenó capturar al guerrero de la Tierra conocido como Shujinko. Él sería utilizado como moneda de cambio para ayudar a forjar una alianza con Onaga, el anterior soberano del Outworld. Envié una invitación al tonto, esperando aprovecharme de su arrogancia y orgullo al reconocer sus heroicidades. El engaño funcionó; al poco tiempo se encontraba frente a la puerta principal. Los hombres de Reiko, vestidos con las armaduras de soldados edenianos asesinados, le dirigieron a la sala de trono donde se encontró frente a frente con la nueva Alianza Oscura. Peleé con él, tal y como Shao Kahn me había ordenado, venciéndole con una sorprendente facilidad. Después fue encerrado en una mazmorra, donde permanecerá hasta que Onaga llegue. No disfruto sirviendo a Shao Kahn. Estoy destinada cosas más importantes. Tuve un reino entero entre mis manos... ¡y no descansaré hasta que lo recupere! Aunque sea imposible que pueda reinar el Outworld ahora que Shao Kahn ha regresado, hay otros reinos que pueden ser conquistados. ¡Edenia será mío!
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