abstract
| - right|400px La leyenda de la Descarnada tiene varias interpretaciones, aunque una de las más impactantes es la azteca. Al parecer, en un pueblo que se encontraba en las afueras de Tenochtitlán vivían un guerrero muy conocido y su mujer. El problema surgió porque esta mujer no podía darle un hijo a su marido y, debido a las costumbres de la época, fue despreciada por la comunidad y acabó expulsada. No obstante, pese a esta tradición, el guerrero la amaba y consiguió que pudiese permanecer en la comunidad. En un determinado momento, el guerrero tuvo que ir a la guerra. Poco tiempo después ella se dio cuenta de que estaba embarazada, pero no pudo a contárselo a su marido, ya que el pueblo la apedreó hasta la muerte basándose en la tradición. La mujer pidió a los dioses que le permitiesen vengarse, y los dioses le dijeron que podría arrancar su carne para asustarles y volver a su aspecto normal para que nadie sospechase. Por otra parte, también podía matar a sus hijos. Poco a poco fue acabando con cada uno de ellos, pero antes de terminar su esposo volvió. Cuando ella salió de nuevo a vengarse, su esposo la siguió y le echó sal en la piel para que nunca pudiese volver a cerrarse. El efecto que produjo la sal fue un dolor tan intenso que murió agonizando. A partir de entonces, su espíritu siguió vagando y acabando con la vida de todos los que se encontraba.
|