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| - El Mundo Caballero de Chrysis fue el primero en ser redescubierto al inicio de la Gran Cruzada a finales del M30 por el Comerciante Independiente Jeffers. A tan solo unas pocas docenas de años luz de Marte, el planeta fue llevado rápidamente al redil y conformados juramentos de lealtad entre sus señores y el Emperador. Su proximidad a Marte significaba también que las Casas de Caballeros de Chrysis serían capaces de reabastecerse rápidamente con caballeros, armas y equipos nuevos. Después de haber luchado contra la oscuridad durante incontables siglos, las casas de Chrysis acogieron con satisfacción la oportunidad de ser parte de este nuevo e incipiente Imperio de la Humanidad. La más importante de estas casas caballerescas fue Krast, y su fuerza de comabte fue reforzada aún más por su nueva alianza con el Mechanicum. Con mucho gusto la Casa Krast puso todo su poder a disposición de Marte para luchar en las guerras del Emperador, dejando a las casas menores la tarea de consolidar la alianza con el Mechanicum en Chrysis. Trágicamente, pronto fueron barridas en la gran guerra civil entre las Legiones de Marines Espaciales, cuando los aliados se volvieron el uno contra el otro en una amarga guerra civil. Esto tendría largas y nefastas consecuencias para los nobles del planeta; en los últimos días de los combates, el Architraidor Horus arrasó su planeta de camino a Terra, y casi todas las familias nobles de Chrysis, junto con sus Caballeros, fueron aniquiladas. Los Caballeros de la Casa Krast regresaron a su planeta sólo para descubrirlo devastado y las casas menores casi borradas de su faz. Otrora un mundo de exuberantes selvas, Chrysis aún muestra las cicatrices causadas por Horus. Hoy en día, lo que antes eran continentes con bosques frondosos y océanos llenos de vida se han reducido a bosques petrificados y vastas cuencas abiertas, vacías salvo por los restos fósiles de antiguas criaturas marinas. Las fortalezas de casas de caballeros muertas todavía salpican el paisaje. En las costas de playas de suaves mareas convertidas en imponentes acantilados secos, y en las islas que se alzan sobre mares vacíos, sus restos derruidos son un recordatorio constante de la traición de Horus. En los lugares donde cayeron bombas víricas permanecen grandes lagos tóxicos, tan mortales ahora como lo eran hace diez mil años, cuando el Señor de la Guerra ordenó un Exterminatus sobre Chrysis. Periódicamente, enormes tormentas de polvo recorren la superficie de Chrysis, levantando nubes químicas que ruedan a través de sus fondos marinos secos, matando cualquier cosa en su camino. Sólo las fortalezas de la Casa Krast siguen en pie, junto con las plataformas mineras del Mechanicus que siguen arrancando del mundo su riqueza mineral. En los enclaves protegidos de los nobles queda cierta apariencia del mundo que alguna vez tuvieron, restos de verdes jardines y lagos artificiales protegidos de los estragos de la atmósfera en las ruinas de Chrysis. Aún así, es una parodia de la normalidad extraída de tapices descoloridos y relatos recordados a medias. Cuando un noble krastiano sube a la cima de su torre y mira a través de la bruma brillante de sus Escudos de Vacío sabe que su mundo ya no existe, ya quien le debe una satisfacción por su muerte. Desde la Herejía de Horus, los Caballeros de Casa Krast han prometido que cuando la amenaza del Caos asoma su cabeza malformada, ellos estarán allí para cortarle el cuello.
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