Antes de promulgar la constitución de 1884, Japón no poseía ninguna constitución escrita. Originalmente, un sistema legal y constitucional de inspiración china conocida como ritsuryō donde se describe un gobierno basado en un elaborado y teóricamente racional burocracia meritocrática, sirviendo bajo la autoridad máxima del emperador y organizada siguiendo modelos chinos.
Antes de promulgar la constitución de 1884, Japón no poseía ninguna constitución escrita. Originalmente, un sistema legal y constitucional de inspiración china conocida como ritsuryō donde se describe un gobierno basado en un elaborado y teóricamente racional burocracia meritocrática, sirviendo bajo la autoridad máxima del emperador y organizada siguiendo modelos chinos. Sin embargo, en la práctica el sistema de gobierno ritsuryō se había convertido en gran medida en una formalidad vacía tan pronto como en el medio del período Heian en los siglos X y XI, un desarrollo que fue completado por el establecimiento del shogunato Kamakura en 1185. El emperador fue apartado a una figura simbólica que "reinaba, pero no reinaba". La idea de una constitución escrita había sido un tema de debate desde el final de la Guerra Boshin. Los conservadores veían con recelo a la democracia o el republicanismo, y favoreció una transición gradual. Mientras que por otro lado, el movimiento por la libertad y los derechos del pueblo exigía el establecimiento de un jefe de gobierno.