El fresno más común en la Península Ibérica es un arbolito caducifolio que puede alcanzar los 18m de altura, con la copa amplia y el tronco de corteza grisácea y rugosa. Hojas opuestas, imparipinnadas, con 7-9 folíolos de forma ovado-lanceolada, con la base entera y finamente dentados en la mitad superior. Limbo verde claro en el haz, glabro, con pubescencia en los nervios del envés. Pecíolos con pelillos. Flores apareciendo al principio de la primavera después de haberse despojado sus hojas generalmete al comenzar el invierno o con posterioridad. Son dioicos, y se disponen en densas panículas terminales y axilares. Florece en Febrero-Abril. Fruto en sámara linear-lanceolada, truncada oblicuamente.
El fresno más común en la Península Ibérica es un arbolito caducifolio que puede alcanzar los 18m de altura, con la copa amplia y el tronco de corteza grisácea y rugosa. Hojas opuestas, imparipinnadas, con 7-9 folíolos de forma ovado-lanceolada, con la base entera y finamente dentados en la mitad superior. Limbo verde claro en el haz, glabro, con pubescencia en los nervios del envés. Pecíolos con pelillos. Flores apareciendo al principio de la primavera después de haberse despojado sus hojas generalmete al comenzar el invierno o con posterioridad. Son dioicos, y se disponen en densas panículas terminales y axilares. Florece en Febrero-Abril. Fruto en sámara linear-lanceolada, truncada oblicuamente.