Las abejas constantemente mueven la miel dentro de la colmena de manera de lograr una buena homogenización de sus reservas. Ese comportamiento trae como consecuencia que las reservas que quedan sin consumir cuando comienza la mielada pueden luego aparecer al cosechar las alzas. Así, los apicultores a veces observamos que aún transcurrido un tiempo después de la colocación de las alzas, las abejas pueden subir reservas desde de la cámara de cría a las alzas antes del comienzo de la entrada estable de néctar.
Las abejas constantemente mueven la miel dentro de la colmena de manera de lograr una buena homogenización de sus reservas. Ese comportamiento trae como consecuencia que las reservas que quedan sin consumir cuando comienza la mielada pueden luego aparecer al cosechar las alzas. Así, los apicultores a veces observamos que aún transcurrido un tiempo después de la colocación de las alzas, las abejas pueden subir reservas desde de la cámara de cría a las alzas antes del comienzo de la entrada estable de néctar. Los días antes del comienzo de la mielada el apicultor debe revisar las reservas de sus colmenas porque, como es sabido, un faltante de alimento en ese momento puede ocasionar una disminución de la postura de la reina y en casos más graves un despoblamiento de las colonias con la consiguiente merma en la cosecha de miel. En ese momento se debe entregar a las colmenas la cantidad de alimento estrictamente necesaria para evitar el hambre en la colonia, pero minimizando la posibilidad de contaminar la futura miel con una alimentación más abundante de la necesaria. Tanto los jarabes livianos distribuídos para incentivar la postura de la reina, como los jarabes densos, pueden potencialmente contaminar la miel si no son consumidos totalmente antes del ingreso principal de néctar.