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| - Desde que tengo conciencia, siempre he tenido miedo a la repetición sucesiva de un acontecimiento, mi mayor fobia ha sido quedar estancado en un espacio de tiempo y repetirlo eternamente, soy claustrofóbico y por herencia esquizofrénico, tal vez al hacer contacto visual conmigo no se note diferencia alguna de los otros seres, quizá sólo veas a alguien un poco más introvertido que la mayoría, con cierta incapacidad para entablar conversaciones y para establecer relaciones y tal vez sólo sea eso. toda cosa tiene su origen, su historia y su razón, yo nací en el seno de una familia en destrucción, la primera impresión que tuve del mundo, fue el rostro arrugado y siniestro de mi abuela quien sirvió a mi madre de partera, papá había abandonado nuestro hogar recriminando a mamá de loca y bruja y a ciencia cierta no se equivocaba en su juicio, no sé casi nada de papá, a mamá no le gustaba hablar de él, decía que estaba muerto, que ya no importaba, mamá solía leer mucho, pasaba horas en su biblioteca, tenía docenas de libros que llamaba “Los libros malos” nunca dejó que me acercase a ellos. Los vecinos le tenían miedo a mamá, decían que era una bruja, en esos momentos yo era muy pequeño y distraído para entender ese concepto. Mamá desapareció cuando yo tan sólo tenía 7 años, nunca volví a saber nada de ella. La abuela cuidaba de mí, ella quemó todas las cosas de mamá, incluyendo los “libros malos” después de su muerte, la abuela no era una buena persona, conocía mis más profundos temores, cuando ella consideraba que me estaba portando mal, me encerraba en un cuarto oscuro y golpeaba la puerta y las paredes de un modo fuerte y continuo, mientras reía al escuchar mis gritos sollozos de desesperación, yo cerraba mis ojos, tapaba mis oídos y gritaba lo más fuerte que podía para apaciguar el sonido de su risa y de los golpes, ella reía con ese tono de voz casi demoniaco que me hacía imaginar a una entidad ahí fuera que amenazaba con entrar, con ansias de destruirme, de consumir mi vitalidad y alimentarse de mis temores, los golpes continuos taladraban mi cabeza, a cada golpe que resonaba por la habitación sentía que mi cabeza crecía y crecía hasta el punto de estallar. Debido a ello dormía muy poco, no podía conciliar el sueño y constantemente tenía pesadillas, el sonido constante de los golpes ¡Trac!, ¡Trac!, ¡Trac!, ¡Trac! No salía de mi cabeza siempre atormentándome, llego el punto en el que realmente no sabía distinguir si estaba soñando o estaba despierto, la ausencia de sueño trajo consigo una piel pálida y unas ojeras marcadas, algunas personas me miraban con lastima, la mayoría de los niños me miraban con asco y aunque sonase extraño, me gustaba generar esa sensación de repulsión en los demás, no quería que se me acercasen, siempre que intenté socializar terminaba huyendo, no sé qué pasaba conmigo, cuando conversaba con alguien, me quedaba observándole fijamente, detallaba cada rasgo, veía sus ojos, y los movimientos de su boca mientras hablaba, pero no alcanzaban a pasar 5 minutos de platica cuando ya empezaba a sentirme horrorizado, veía como las personas que antes veía normales, empezaban a cambiar tétricamente, su boca se alargaba en un gesto de sonrisa exagerada, sus ojos se tornaban siniestros con una profundidad absorbente, su voz se escuchaba dispareja entre graves y agudos en una discordancia que daba a luz un sonido espeluznante. Generalmente no salía de mi habitación, permanecía encerrado distrayendo mi mente en pensamientos fugaces que nunca terminaban en una idea precisa, no me gustaba abrir las ventanas por los ruidos de la calle, durante toda mi vida había estado en la misma casa… hasta que ellos irrumpieron en mi tranquilidad, no sé quiénes eran ni por qué venían, llegaron con armas y trajes extravagantes, afirmaban que un olor los había atraído. Destrozaron la casa, revolcaron cada rincón, abrieron cada cajón y cada puerta, no tenía idea de que buscaban, pero creo que en el sótano lo habían encontrado, varios de ellos se dirigieron allí y de él sacaron algo envuelto en una bolsa negra, parecía algo muy grande. Ellos me llevaron a su cuartel y allí me tuvieron un tiempo, me preguntaron por mis padres y les conté lo que sabía, me dijeron que habían encontrado tres cuerpos en el sótano, dos de ellos enterrados y que yo era sospechoso de los asesinatos, no sabía a qué se referían, estaba asustado y desconcertado, nadie creía en mi historia. Ahora ya todo ha pasado, estoy en este lugar, no recuerdo cómo llegué, estoy en una habitación pequeña pero cómoda, solo hay una cama, una ventana y una puerta, todos los días una agradable señora vestida de blanco me trae comida, agua y unas pastillas, este es un lugar tranquilo, ya no hay tantos ruidos, de vez en cuando se escuchan gritos en las habitaciones aledañas, pero no me molestan, me siento más tranquilo, aunque un poco somnoliento, parece como si siempre estuviese dormido. A veces viene un señor arrogante, de bata blanca y pantalón negro, llega a hacerme preguntas, el cree que estoy enfermo, dice que padezco algún tipo de esquizofrenia y psicosis, pero yo me siento bien, estoy muy bien, esta extraña camisa blanca me asienta un poco y es muy incómoda, pero sólo me la ponen en las noches. Mamá no se ha olvidado de mí, siempre me visita, me desea buenas noches y dice que volverá, yo sé que pronto estaremos juntos…
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