–Voy a olvidar toda la terminología ritualizada con la que siempre nos hemos comunicado los miembros de la Orden de los Diablos Lujuriosos de Oriente. Porque os he sentado alrededor de esta mesa para juzgar vuestro comportamiento durante los últimos meses: ¡no ha podido ser menos respetuoso con la Norma Escarlata!. Empezaré por la Bruja Marian, Gran Sacerdotisa de nuestra Orden, a la que creí una sucia vagina infestada de los más repugnantes humores, capaz de comunicar el Orgasmo Mental con su sola presencia y de dirigir las Misas Negras. ¡Pero ha vendido sus preciados tesoros al vil hechizo del dinero! ¡Por un puñado de libras esterlinas acaba de entregar a un editor avispado un libro, en cuyas quinientas páginas nos convierte a todos en simples payasos! ¡SÍ, EN PAYASOS DE UNA RAMPLONA CO
–Voy a olvidar toda la terminología ritualizada con la que siempre nos hemos comunicado los miembros de la Orden de los Diablos Lujuriosos de Oriente. Porque os he sentado alrededor de esta mesa para juzgar vuestro comportamiento durante los últimos meses: ¡no ha podido ser menos respetuoso con la Norma Escarlata!. Empezaré por la Bruja Marian, Gran Sacerdotisa de nuestra Orden, a la que creí una sucia vagina infestada de los más repugnantes humores, capaz de comunicar el Orgasmo Mental con su sola presencia y de dirigir las Misas Negras. ¡Pero ha vendido sus preciados tesoros al vil hechizo del dinero! ¡Por un puñado de libras esterlinas acaba de entregar a un editor avispado un libro, en cuyas quinientas páginas nos convierte a todos en simples payasos! ¡SÍ, EN PAYASOS DE UNA RAMPLONA CODICIA!