En el verano del 2008 se desato el fenómeno climático el Niño con una inusitada ferocidad. Se perdieron varias cosechas en todo el hemisferio sur. Este hecho podría haber quedado como una anécdota de no haber sido porque fue sucedido por una Niña mucho más virulenta. La Secretaría de Agricultura estima por las sequías e inundaciones que se desataron se perdieron el 40% de las cosechas de ese año. La UCR se opuso ya que consideraba que le restaba posibilidades de ingresos económicos a la Argentina cuando más los necesitaba.
En el verano del 2008 se desato el fenómeno climático el Niño con una inusitada ferocidad. Se perdieron varias cosechas en todo el hemisferio sur. Este hecho podría haber quedado como una anécdota de no haber sido porque fue sucedido por una Niña mucho más virulenta. La Secretaría de Agricultura estima por las sequías e inundaciones que se desataron se perdieron el 40% de las cosechas de ese año. El agro había servido para recuperar la economía argentina después del colapso menemista. La crisis agrícola perjudicó la economía argentina globalmente, y la inflación se disparó de una manera alarmante. La Patagonia fue especialmente golpeada por la crisis y hubo saqueos, que alarmaron a la población ya que recordaban la crisis de hace 8 años. La desaceleración económica de Europa y la suba de las tasas de interes de Estados Unidos impidieron que el gobierno pudiera pedir dinero al exterior. La fuga de divisas amenazaba con hacer colapsar el sistema económico argentino, que aún no terminaba de recuperarse del 2000. Ante la escasez el PR decidió establecer un racionamiento de los alimentos e imponer una retención global del 500% sobre el valor de cada alimento para impedir la exportación. Para todo esto contó con el apoyo de los otros dos partidos minoritarios. La UCR se opuso ya que consideraba que le restaba posibilidades de ingresos económicos a la Argentina cuando más los necesitaba. Esto dio como resultado de que por primera vez en 50 años (según la consultora Poliarquía) los empresarios manifestaron confiar más en los radicales que en los republicanos para el manejo económico del país.