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| - ¡No podía ser!, estaba atrapado. No escaparía de ésta. Lo único que podía hacer era rezar. Estaba oculto en un estacionamiento. Me escondía de todos y de todo. Aunque era rico, tenía muchos peligros, y el dinero no me salvaría. Entonces, el malvado Nock se puso detrás de mí. -No puede ser - Dije para mis adentros -. ¡Me va a ver! Ahí estaba seguro... cuando menos por ahora. Lo que me preocupaba era ir a parar a la cárcel, la cual estaba muy cerca de mí. Pero no tenían razón para echarme a la cárcel, no había cometido ningún delito. Somor tenía razón. Pero yo no quería hacer eso.
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| - ¡No podía ser!, estaba atrapado. No escaparía de ésta. Lo único que podía hacer era rezar. Estaba oculto en un estacionamiento. Me escondía de todos y de todo. Aunque era rico, tenía muchos peligros, y el dinero no me salvaría. Entonces, el malvado Nock se puso detrás de mí. -No puede ser - Dije para mis adentros -. ¡Me va a ver! Sin embargo, si ellos ya habían progresado, era mi turno de hacer lo mismo. Iba a demostrar que el juego que ellos jugaban, lo podía jugar también yo, y hasta mejor que ellos. Hice lo que tenía que hacer, y mi suerte me destinó a Venezuela. Tomé un avión hacia Venezuela, y llegué ahí en un santiamén. Ahí estaba seguro... cuando menos por ahora. Lo que me preocupaba era ir a parar a la cárcel, la cual estaba muy cerca de mí. Pero no tenían razón para echarme a la cárcel, no había cometido ningún delito. Sin embargo, no tenía tiempo para estar pensando en esas cosas. Ahora, el malvado Somor, el más malvado y rico de todos, quería atraparme y eliminarme del mapa. Somor no pudo verme, aunque pasó por adelante de mí, pero, astutamente, fue a parar a Rusia, el país a donde yo iría luego. Mi dinero se agotaba, pero no podía hacer nada. Somor, Nock y la malvada Posy sabían muy bien cómo jugar éste juego tan destructivo. Yo era un novato, que enseguida eliminarían. No imaginé cómo tanta maldad era posible. Cómo una persona podía destruir tanto... y en tan poco tiempo. Cómo la codicia podía apoderse de otros. Nock se apoderó de Colombia, mi segunda opción, y Posy tomó a toda Francia. ¿Cómo un ser vivo podía escapar de ellos? Me era imposible llegar más allá de Francia, porque el siguiente país disponible era Inglaterra, pero estaba muy lejos. Bueno, por cuestiones que no explicaré, mi destino me llevó a Colombia, donde estaba Nock. -Págame - Me dijo Nock en cuanto me vio. -No puedo. No tengo el dinero suficiente - Dije penosamente. -Me debes, y lo sabes - Dijo Nock. -Sí, lo sé. Dame otra oportunidad. Deja que consiga los $20,000 - Pedí. -Págame ahora... o morirás - Amenazó Nock. -Es que... no puedo - Dije otra vez -. Dame otra oportunidad. Entonces, Somor avanzó hasta Colombia. Tres personas en Colombia eran muchas... -Rott - Rott es mi nombre -. Deja de estar jugando. -¡Denme otra oportunidad! Todos la merecemos - Dije. -No. Aquí obedecemos las reglas y ya. No hay forma de hacer eso - Dijo Somor. Somor tenía razón. Pero yo no quería hacer eso. -Entonces... ¿Me quitarán del mapa? - Pregunté. -Sí... lo haremos - Dijo Nock. -Bueno... - Dije. Somor movió su mano, y me dió tremenda cachetada. Ni modo. Ya estaba fuera del juego. ¡Sí! Ya estaba fuera del juego de turista mundial. Las expresiones era mi turno de hacer lo mismo, Iba a demostrar que el juego que ellos jugaban lo podía jugar también yo, eliminarme del mapa, Deja de estar jugando... todo se refería al juego. Supongo que ya lo sabían, ¿no? O, bueno, ¿Qué estábais pensando? Categoría:Cuento Categoría:Cuento
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