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| - thumb|194px|Estandarte oficial de la División VIII Gottloser La División VIII de la Legión de la Cruz de Hierro, más conocida como Gottloser, cuenta con 750.000 efectivos desplegados entre Balhaus y diferentes localizaciones fuera de Helheim. Esta División cuenta con los más duros veteranos curtidos en innumerables batallas. Sus legionarios conforman una infantería muy poderosa con una larga y heroica tradición, especialmente con el uso de blindajes pesados Vernichter y el combate en espacios pequeños donde los vehículos normalmente no pueden llegar. Sus tácticas han sido ampliamente estudiadas y desarrolladas para alcanzar altos niveles de eficacia, convirtiendo a sus legionarios en peligrosos y muy difíciles adversarios en terrenos urbanos, subterráneos y básicamente en cualquier entorno que no sea un espacio abierto. Entrenados hasta la saciedad en emboscadas y subterfugios estos duros soldados son capaces de enfrentarse a fuerzas muy superiores, reteniéndolas e incluso aniquilándolas en muchas ocasiones gracias a sus capacidades. Sin más ideales que la victoria, los legionarios de la Gottloser también son famosos por los combates que han librado a lo largo de los años contra diferentes capítulos de los Marines Espaciales del Imperio. En muchos de esos enfrentamientos en los que han salido victoriosos, sus legionarios han tomado trofeos en forma de valiosas reliquias o pertenencias de sus oponentes derrotados, las cuales son guardados en el cuartel general de la Gottloser en Balhaus si tienen suficiente valor, e incluso exhibidos si son lo suficientemente importantes. El creador original de esta tradición fue el capitán Markus Riesentahl, conocido como Oso por su inmenso tamaño, cuyo pelotón mantuvo durante días un fiero enfrentamiento con un grupo de Ángeles Sangrientos entre las ruinas de la ciudad de Algarath, asediada por el Imperio y defendida por Balhaus en el 998.M40. El resultado fue un combate cuerpo a cuerpo entre el líder de los Ángeles Sangrientos y el capitán, decantándose la balanza a favor de éste último. Tras el arduo combate tomó el Martillo de Trueno del vencido y se lo llevó de vuelta a Balhaus, donde desde entonces ocupó un lugar preminente en el salón de la gloria de su cuartel, iniciando una tradición que se ha mantenido intacta con el paso de los años, contando con innumerables reliquias y tesoros obtenidos de enemigos de toda clase vencidos en combate. Los repetidos enfrentamientos con los Marines Espaciales han desarrollado en los legionarios de la Gottloser un intenso odio hacia el Emperador, el dios del imperio, así como a sus obedientes vasallos. Categoría:Saga Balhaus Categoría:Regimientos No Oficiales
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