El templo Niuzao abarca dos de las islas fortificadas al otro lado de la gran muralla conocida como el Espinazo del Dragón. Durante años, tenaces defensores pandaren han protegido los angostos puentes que conectan las islas, rechazando a todo posible invasor. Sin embargo, hace poco, los mántidos crearon su propio puente —una enorme raíz de árbol— y tomaron el control de una de las islas. Ahora, estos brutales insectos están listos para atacar a los guardianes restantes de Niuzao.
El templo Niuzao abarca dos de las islas fortificadas al otro lado de la gran muralla conocida como el Espinazo del Dragón. Durante años, tenaces defensores pandaren han protegido los angostos puentes que conectan las islas, rechazando a todo posible invasor. Sin embargo, hace poco, los mántidos crearon su propio puente —una enorme raíz de árbol— y tomaron el control de una de las islas. Ahora, estos brutales insectos están listos para atacar a los guardianes restantes de Niuzao.