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| - Hace varios días estoy que digo que voy a escribir algo nuevo, claro, como es sabido por los pocos que me conocen, saben que no me gusta repetir los temas ni seguir modas pasajeras, es por eso que tuve que hacer un paseo por el castillo de las risas, si, obtuve una invitación algo forzada a ese extraño lugar donde la lógica no existe. Todo empezó los últimos días de septiembre, cuando fui a divagar en medio de un parque de la ciudad como en muchas ocasiones. El debate de mi mente corría entre lo bueno y lo malo de las cosas, como clasificar realmente eso ¿como saber que es realmente lo bueno?.
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| - Hace varios días estoy que digo que voy a escribir algo nuevo, claro, como es sabido por los pocos que me conocen, saben que no me gusta repetir los temas ni seguir modas pasajeras, es por eso que tuve que hacer un paseo por el castillo de las risas, si, obtuve una invitación algo forzada a ese extraño lugar donde la lógica no existe. Todo empezó los últimos días de septiembre, cuando fui a divagar en medio de un parque de la ciudad como en muchas ocasiones. El debate de mi mente corría entre lo bueno y lo malo de las cosas, como clasificar realmente eso ¿como saber que es realmente lo bueno?. Si haces un bien para alguien, a la larga eso será un mal para otro ayudar a alguien significa que perjudicarás a otro y eso cambia totalmente el término de bueno, eso quiere que todo acto de maldad nace por un buena acción. En medio de risas solitarias y sonoras ante tal conjetura, fui atacado por un grupo de personas vestidas de blanco que me amordazaron con tal rapidez que no me dieron tiempo para defenderme, luego de un largo transcurso llegue a un lugar donde cada puerta estaba reforzada con con rejas y mallas metálicas, a pesar de mis reclamos, estos fueron ignorados y fui llevado hasta a una de las habitaciones en la cual fui arrojado sin contemplación. El silencio perturbado era roto por los pasos en los pasillos combinado con extraños susurros de aquellos que llevaban batas de blanco y con carpetas en mano planean que harían luego de salir del trabajo. — Disculpen, creo que hay una equivocación ya que, yo no debería estar aquí. Uno de ellos me miró y se acercó con una sonrisa — tranquilo, voy a verificar que tu caso — me contestó, mientras hacía como si tomara apuntes antes de irse. —Ese de ahí parece sensato. —No creas, las apariencias engañan. — Y ¿porque lo trajeron aquí? —Según el historial, él es... —dijo mientras se alejaba limitando oír lo que decía. El silencio perturbador regresó y continuó así por horas eternas en las cuales podía sentir el lento palpitar de mi corazón haciendo eco ese lugar ¿porque me ocurría esto? ¿Que había hecho? En medio de dudas y miedos mi mente empezó a divagar, en todas las cosas que había hecho en el pasado ¿tal vez estaba pagando algún favor? ¿Tal vez? En medio de esas preguntas pude notar que la noche ya había tomado su reino sumergiendo todo en la oscuridad. —Toc, toc, toc... ¿Quien anda ahí? —dijo alguien al otro lado de la pared. La incertidumbre se apoderó de mí, pero... —aqui un visitante que pronto se ira —respondí, todo era mejor que ese silencio. Luego de una carcajada fingida —si, todos dicen eso y terminan quedándose una gran temporada. —¿Qué quieres decir? Luego de mantener el silencio por un rato — eso dije yo cuando me trajeron... —Pero yo sí me iré — respondí esperando una una respuesta que no llegó, y el silencio volvió haciendo que el miedo me consume lentamente hasta altas horas de la noche, aunque hable con la misma pared pared que me había respondido pero esta sólo guardó silencio. Luego de algunas hora — toc, toc, toc ¿hay alguien ahí? —Si... Aún estoy aquí. —Que bien, tengo un plan para escapar de este castillo infernal. —¿Qué quieres decir? —Ya estoy recuperando mis poderes. —¿Que poderes? ¿Explicate bien? —Yo tengo grandes poderes es por eso que me trajeron aquí, antes podía usarlos libremente pero ahora esos científicos locos han estado experimentando conmigo y me han debilitado, sé que tratan de descubrir el origen de mi poder para usarlo para el bien. Pero no, no lo permitiré, no permitiré cree un bien mayor ya que eso creará un mal mayor y eso destruirá el mundo. Yo no quiero ser el culpable del fin del mundo, es por eso que escapare — dijo antes de que empiece a hacer golpes violentos contra la pared una y otra vez hasta que escuche como se desplomó en el suelo. Luego del último golpe el silencio llegó por un breve momento ya que al otro lado de la pared alguien empezó a reírse siniestramente creando un eco en todo el lugar, esto hizo que sea acompañado por otras risas provenientes de cada una de las habitaciones, la combinación de risas iban desde las más alegres hasta las más tétricas, siniestras, perturbadoras, todas hacían eco en los pasillos de aquel lugar dando vida así al castillo de las risas. En medio de risas burlescas —... Es enserio — dijo el joven. —Si, es en serio... —No me vengas a mi, con estu... — antes de que termine de decir algo sintió como el frío metal le cortaba el cuello. —Recuerda cuerda que te dije que mataría a todo aquel quien sepa mi secreto. —¿Pero porque? —Porque, porque no quiero volver a ese lugar. Una sonrisa se dibujó en mis labios al recordar cómo escapamos de aquel lugar en un mar de risas —okey, ya no se lo diré a nadie... —respondí mientras bebía la sangre fresca en una copa de vino.
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