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| - El Acorazado clase Gloriana era un modelo enorme de Acorazado imperial construido durante el clímax de la Gran Cruzada y activo desde finales del M30 hasta principios del M31, durante la Herejía de Horus. Cada una de estas poderosas naves era individualmente diseñada y se diferenciaba mucho del resto en forma y armamento. Durante la Gran Cruzada cada Legión Astartes se hizo con al menos una de ellas e inevitablemente la convirtió en su nave insignia y en el cuartel general de sus respectivos Primarcas. Este papel se debía a la increíble potencia de fuego de estos buques de guerra, que les permitía destrozar flotas enteras y someter planetas rebeldes por sí solos. Eran mucho más grandes que cualquier otra clase de nave imperial, salvo por la Fortaleza Estelar móvil Phalanx de los Puños Imperiales y los Acorazados clase Abismo desatados por la Legión Traidora de los Portadores de la Palabra durante la Herejía. La mayor de estas naves, la Honor de Macragge de los Ultramarines, medía 26 kilómetros de largo, mientras que por ejemplo la Sangre de Hierro, de los Guerreros de Hierro, medía 20 km. Como se podía esperar de navíos tan monumentales, su blindaje era increíblemente grueso y estaba protegido por escudos de vacío superpuestos, lo que les hacía capaces de absorber cantidades ingentes de daño. Durante la Gran Cruzada, estas naves ayudaron a las Legiones Astartes a conquistar y anexionar rápidamente los mundos recién descubiertos, lo que a su vez ayudó a establecer el naciente Imperio de la Humanidad y su dominación sobre la galaxia. Estos buques eran muy efectivos en la destrucción de flotas xenos, y se les dio un uso similar durante la Herejía. En este conflicto varios de los Acorazados clase Gloriana fueron destruidos en combate, y debido al terrible estado en que quedó el Imperio tras la guerra civil, los astilleros del Mechanicum no fueron capaces de seguir produciendo naves tan poderosas y avanzadas.
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