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| - Desde la sangrienta matanza en las alturas de Akatrian, hasta la invasión infernal del Pozo de las Pesadillas, el Capellán Daenor se ha abierto camino a través de algunas de las batallas más terribles de la historia de los Ángeles Sangrientos. Ni una sola vez perdió su compostura ante la adversidad. Nunca ha sucumbido ante el defecto genético de los Ángeles Sangrientos. Esto fue considerado suficiente para verle elevado al cargo de Capellán de la Compañía de la Muerte. No importa lo terribles que sean las circunstancias, o lo temible que sea el enemigo, la fría compostura de Daenor nunca se rompe. Además, su profunda espiritualidad y sus naturales cualidades de liderazgo hacen mucho para estabilizar a los guerreros que le rodean. Él es la luz en la oscuridad, un faro de esperanza y fortale
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| - Desde la sangrienta matanza en las alturas de Akatrian, hasta la invasión infernal del Pozo de las Pesadillas, el Capellán Daenor se ha abierto camino a través de algunas de las batallas más terribles de la historia de los Ángeles Sangrientos. Ni una sola vez perdió su compostura ante la adversidad. Nunca ha sucumbido ante el defecto genético de los Ángeles Sangrientos. Esto fue considerado suficiente para verle elevado al cargo de Capellán de la Compañía de la Muerte. No importa lo terribles que sean las circunstancias, o lo temible que sea el enemigo, la fría compostura de Daenor nunca se rompe. Además, su profunda espiritualidad y sus naturales cualidades de liderazgo hacen mucho para estabilizar a los guerreros que le rodean. Él es la luz en la oscuridad, un faro de esperanza y fortaleza en el humeante infierno de la batalla, e incluso los hermanos más perdidos de su Capítulo siguen su ejemplo sin cuestionar su liderazgo. Daenor es mucho más que una figura a la que seguir, por supuesto. Su habilidad en el combate cuerpo a cuerpo es prodigiosa: incluso empuñando su crozius arcanum en la batalla, Daenor ataca y se deshace tan rápida y brutalmente de sus enemigos como un espadachín experto. Es aquí, en el fragor de la batalla, donde el frío temple del Capellán revela su verdadero rostro. Cada golpe va dirigido con una furia y una convicción absolutas. Cada golpe atronador que alcanza a un enemigo, lo lanza por los aires hasta caer destrozado en el suelo, mientras su vida se desvanece, en nombre de los Ángeles Sangrientos y el Emperador.
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