En nuestro medio, al igual que en cualquier otro, es muy común que se produzcan años con déficit de agua en el suelo (secas) y otros con excesos. Esto provoca una serie de cambios en el comportamiento de los vegetales, que pueden hacer variar e inclusive fracasar las cosechas. Gran parte de la producción nacional de miel esta basada en las praderas de leguminosas y en vegetación que arraiga muy superficialmente en el suelo. Normalmente las floraciones de las especies nativas y las arbóreas son menos suceptibles a éstas condiciones adversas.
En nuestro medio, al igual que en cualquier otro, es muy común que se produzcan años con déficit de agua en el suelo (secas) y otros con excesos. Esto provoca una serie de cambios en el comportamiento de los vegetales, que pueden hacer variar e inclusive fracasar las cosechas. Gran parte de la producción nacional de miel esta basada en las praderas de leguminosas y en vegetación que arraiga muy superficialmente en el suelo. Justamente esta vegetación, es la que sufre en mayor grado las condiciones climáticas adversas, y que en definitiva se transforman en años de buenas o de malas cosechas de miel. Normalmente las floraciones de las especies nativas y las arbóreas son menos suceptibles a éstas condiciones adversas.