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| - 7 de la mañana, la luz del sol ya ilumina el cielo desde su cuna, y las últimas estrellas son aún visibles en el thumb|141px otro hemisferio. El cielo tiene un angustiarte color amarillo, y todo está inquietantemente tranquilo, tengo la amarga sensación de que hoy nada saldrá bien. Salgo al patio y camino hasta la piscina. El pasto seco, todo tiene ese espantoso color amarillo. Llegué hasta la piscina, me arrodillé, miré a su interior y metí la mano. El agua estaba tibia, se sentía oleosa, espesa, sucia, como aceite vegetal. El agua estaba turbia y era amarilla.
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| - 7 de la mañana, la luz del sol ya ilumina el cielo desde su cuna, y las últimas estrellas son aún visibles en el thumb|141px otro hemisferio. El cielo tiene un angustiarte color amarillo, y todo está inquietantemente tranquilo, tengo la amarga sensación de que hoy nada saldrá bien. Salgo al patio y camino hasta la piscina. El pasto seco, todo tiene ese espantoso color amarillo. Llegué hasta la piscina, me arrodillé, miré a su interior y metí la mano. El agua estaba tibia, se sentía oleosa, espesa, sucia, como aceite vegetal. Cuando las ondas del agua se disiparon pude ver el horrible rostro de un niño ahogado, a solo 10 centímetros de la superficie. Pude ver su cara de desesperación, tristeza, angustia y arrepentimiento de morir. Cuando me alejé, vi que no era el único, había como 10 niños mas de entre 6 y 9 años, todos en la misma posición, como agarrados de los pies, luchando por salir a la superficie. Mirando al cielo, en sus ojos aún era visible el deseo de salir. El agua estaba turbia y era amarilla. Cuando me liberé del espasmo de miedo y angustia, me concentré, y vi al lado mio un niño, de rodillas con exactamente la misma posición que tenía yo hace un minuto. - ¿Qué haces? corre! -Le grité mientras lo sacudía de los hombros. - ¿Qué haces? -Me respondió- ¿Qué haces vivo? ¡Si tú estás muerto en el fondo! ¡Con los demás! Y lo vi, me vi, en el fondo, rodeado de los demás niños, con la cara llena de desesperación, los ojos aún centrados, liberando el miedo, sumergido en el agua aceitosa y amarilla. Me centré en mis ojos, y profundicé... más... y más... Me levanté de un sobresalto, cubierto de sudor helado y un miedo terrible. Me quedé sentado en la cama hasta que me calmé, aún no he perdido el miedo de vivir un día amarillo. Categoría:Sueños/Dormir
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