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| - La revolución de noviembre de 1918 en Alemania llevó, hacia el final de la Primera Guerra Mundial, al cambio desde la Monarquía constitucional del Kaiserreich alemán a una república parlamentaria y democrática. Las causas de la revolución se encontraban en las cargas extremas sufridas por la población durante los cuatro años de guerra, el fuerte impacto que tuvo en el Imperio alemán la derrota y las tensiones sociales entre las clases populares y la élite de aristócratas y burgueses que detentaban el poder y acababan de perder la guerra. La revolución comenzó con un Motín de marineros de la flota de guerra en Kiel; se negaban a maniobrar para sacar la flota al Mar del Norte para realizar una última batalla contra la escuadra inglesa, como pretendían hacer sus superiores. En pocos meses abarcó toda Alemania. Los objetivos de avanzada de los revolucionarios, guiados por ideales socialistas era convertir a Alemania en un estado socialista como sucedía en Rusia y poco a poco, la revolución se fue expandiendo por todo el territorio alemán, los líderes Karl Liebknetch y Rosa Luxemburg fueron ganando a personas y territorios. La revolución se expandió hasta 1922, cuando la Liga Espartaquista (Spartakusaufstand), apoyado por el Partido Comunista de Alemania logró tomar Berlín.
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