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| - Los Hachaz Zangrientaz son un Klan Orko que se sabe que ha luchado ocasionalmente junto a las fuerzas imperiales. Según los demás Klanes, los Hachaz Zangrientaz son un montón de tipejos en los que no se puede confiar. Comercian abiertamente con el Imperio de la Humanidad, parlamentan con enemigo, e incluso se plantearán retirarse de la batalla si se enfrentan a un enemigo muy superior. Quizás estos rasgos pretendían haberlos convertido en líderes naturales, pero les han hecho ganarse entre los demás pielesverdes una reputación de ser escoria traicionera. thumb|286px|left|Kaudillo del Klan Hacha Zangrienta. En realidad, la mayor parte de esa reputación es inmerecida. Es cierto que han sido los que más contacto han mantenido con el Imperio, luchando ocasionalmente como mercenarios y usando muy a menudo material bélico imperial, pero cualquier Orko puede ver lo divertido que es obtener armas de planetas humanos extorsionados para después usarlas contra sus antiguos dueños. Este Klan fue una vez muy poderoso, y dominó con facilidad la sociedad Orka durante mucho tiempo. Cuando comenzaron a tener demasiados tratos amistosos con alienígenas (especialmente humanos), los demás Klanes decidieron que habían soportado demasiado. Muchos Hachas Sangrientas fueron eliminados en una sucia guerra civil Orka conocida como La Gran Fiesta. Como resultado de ello el Klan fue derrocado y los supervivientes tuvieron que esconderse. En la actualidad siguen tratando con los humanos por pura necesidad, ya que el Klan depende de los piñoz que el Imperio les proporciona a cambio de sus servicios. La fuente de estos pagos son los prospectores imperiales que recorren los campos de batalla arrancando los dientes a los Orkos muertos. Los Klanes que se enteran de ello se disgustan aún más, no porque los Hachas Sangrientas acepten tales dientes, sino porque animan a los humanos cojan lo que los Orkos consideran estrictamente suyo. thumb|254px|Orko del Klan Hacha Zangrienta. Los Hachaz Zangrientaz siempre están metidos en disputas con el resto de los Klanes, más allá de la inevitable y continua animosidad que caracteriza a los Orkos. Pocos Orkos sospechan que esto está impulsado por el Imperio, el patrón encubierto de los Hachas Sangrientas. El Imperio emplea este Klan como una quinta columna de infiltración en el mundo Orko y como "colchón" para absorber los peores efectos de cualquier disturbio entre los Orkos. El apoyo Imperial no se lleva a cabo abiertamente. El Klan no emplea equipo imperial ya que poco beneficio iban a sacar de ello. El Imperio prefiere pagar a los Hachas Sangrientas con su propia moneda Orka en lugar de con armas, ya que juzgan poco apropiado distribuir equipo entre enemigos potenciales (y más siendo Orkos). Sin embargo, hay unos pocos Comerciantes Independientes especialmente corruptos y desviados que sí trafican con armas con los Orkos. Aunque el Imperio no ofrece su material al Klan, la influencia de su estilo militar es clara. Hay una gran abundancia de Mekánikos y armas pesadas entre los Hachas Sangrientas. Por medio de un puñado de naves espaciales manejadas por esclavos, e infectando algunos Pecios Espaciales, los Hachas Sangrientas son capaces de lanzar incursiones esporádicas contra otros Klanes. Lo hacen para saldar viejas deudas, capturar equipo y secuestrar más esclavos o Gretchins. Y también para impresionar a los agentes imperiales y conseguir un nuevo envío de dientes. Como se suele decir, los Orkos solo respetan la fuerza y los piñoz. Para los Hachaz Zangrientaz, ser derribados a tiros antes de matar a ningún enemigo es un terrible desperdicio de oportunidades, así que han adoptado la práctica de vestir camuflaje. Muchos de ellos son, además, Komandos. Esto les hace ser objeto de burlas por los demás Klanes, pero en realidad a los Hachaz Zangrientaz les da igual. Los Kaudillos de este Klan parecen tener una mejor comprensión de las grandes estrategias que los de otros Klanes, planeando batallas a gran escala o incluso campañas enteras con todo detalle. Cuando tratan con otras razas, son intransigentes y crueles: si un humano fuera pillado intentando engañarlos, sería hecho pedazos ahí mismo.
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