El Reino de Loja fue un Estado vasallo del imperio quiteño que existió entre 1889 y 1951. Su territorio era el mismo que hoy pertenece al principado de Loja, su capital era la ciudad de Loja. Estaba gobernado por la Casa de Sánchez de Orellana, misma que le rendía cuentas al emperador quiteño.
El Reino de Loja fue un Estado vasallo del imperio quiteño que existió entre 1889 y 1951. Su territorio era el mismo que hoy pertenece al principado de Loja, su capital era la ciudad de Loja. Estaba gobernado por la Casa de Sánchez de Orellana, misma que le rendía cuentas al emperador quiteño. El reino fue creado como solución autonómica a las demandas que el Gran Ducado de Loja había planteado al Parlamento en 1887, y que exigía entre otras cosas un mayor control de sus propios impuestos, ya que las ciudades de Loja y Zaruma producían el 37% de las recaudaciones fiscales del reino de Azuay, al que pertenecía hasta entonces la circunscripción y del que alegaban no recibir la atención suficiente.