El concepto de conducta ecoica surge a partir de la consideración por parte de Skinner del rol de la imitación en la adquisición del lenguaje en su obra Conducta verbal de 1957. Introdujo su concepción en esta obra a través de su concepto de ecoico, relativo a una conducta bajo el control funcional de estímulos verbales. La respuesta verbal y el estímulo verbal comparten lo que se conoce como correspondencia punto-por-punto (una similitud formal). El hablante repite lo que es dicho. En la conducta ecoica, el estímulo es auditivo y la respuesta vocal, tal y como se observa en la conducta temprana de moldeamiento. Por ejemplo, en el aprendizaje de un nuevo idioma, un instructor puede decir "parsimonioso" y luego seguir con "¿puedes decirlo?" para inducir una respuesta ecoica.
El concepto de conducta ecoica surge a partir de la consideración por parte de Skinner del rol de la imitación en la adquisición del lenguaje en su obra Conducta verbal de 1957. Introdujo su concepción en esta obra a través de su concepto de ecoico, relativo a una conducta bajo el control funcional de estímulos verbales. La respuesta verbal y el estímulo verbal comparten lo que se conoce como correspondencia punto-por-punto (una similitud formal). El hablante repite lo que es dicho. En la conducta ecoica, el estímulo es auditivo y la respuesta vocal, tal y como se observa en la conducta temprana de moldeamiento. Por ejemplo, en el aprendizaje de un nuevo idioma, un instructor puede decir "parsimonioso" y luego seguir con "¿puedes decirlo?" para inducir una respuesta ecoica. Winokur (1978) es un ejemplo de investigación en el área de relaciones ecoicas.