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| - Los temidos Devoradores de Almas son los guerreros demoníacos de Khorne más reverenciados y gloriosos. Creados por la rabia infinita del Dios de la Sangre, estos Grandes Demonios existen solo para combatir y su sed de sangre va más allá de la comprensión humana. Los Devoradores de Almas tienen una sola meta imperturbable: matar y ofrecer sangre como sacrificio. Estas criaturas terroríficas nunca se cansan de masacrar y atacarán a todo el que tengan a su alcance con una ferocidad desenfrenada. Los Devoradores de Almas son los comandantes de las legiones demoníacas de Khorne, y las encabezan en la batalla, desatando las hordas sanguinarias de su amo sin piedad ni compasión. Un Devorador de Almas que falle en su propósito sabe que sus huesos serán molidos y su cráneo se unirá a la gran pila bajo el gran trono de Khorne. Por ello, los Devoradores de Almas acechan eternamente en el Inmaterium, buscando una entrada hacia el Espacio Real, con sus mentes puestas en la matanza sin motivo. Nada, en ningún campo de batalla del belicoso 41º Milenio, puede igualar la furia y la habilidad para el combate de un Devorador de Almas. En ningún lugar de toda una galaxia de mundos en guerra puede hallarse un guerrero más letal. Tratar de negociar con tales criaturas es una estupidez sin sentido. La muerte en nombre de Khorne es todo lo que un Devorador de Almas tiene que ofrecer y todo lo que desea. En la batalla, un Devorador de Almas es una fuerza destructora implacable que asesina a cualquiera que se enfrente a él. Estas encarnaciones de furia homicida recorren el campo de batalla desmembrando enemigos a cada golpe de sus hachas cubiertas de sangre, entre arcos de sangre que siguen el movimiento de las armas arriba y abajo. Impulsadas por la fuerza de los tendones como de acero de un Devorador de Almas, estas armas pueden decapitar a un monstruo alienígena con la misma facilidad que destrozan el blindaje de un tanque. Quienes intentan escapar a la furia de un Devorador de Almas son derribados por un látigo rematado por espinas de fuego, y sus cuerpos rajados por la fuerza del impacto, una muerte apropiada para los cobardes. Con todos sus enemigos muertos a sus pies, un Gran Demonio de Khorne alzará el vuelo, dejando atrás el campo de batalla ensangrentado para buscar más enemigos que abatir.
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