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| - Son unos vidrios generalmente opacos y de colores, siempre formados por la reunion de varios óxidos metálicos, algunas veces con la adicion de Quelatos, fosfatos, boratos ú otras sales fijas ó fusibles. El esmalte mas sencillo y que sirve de base á casi todos los demás, se obtiene por el procedimiento que sigue. En una caldera de hierro fundido y á una temperatura que no pase del rojo cereza, se calcina una mezcla de plomo y estaño, cuyas proporciones pueden variar desde 15 basta 50 partes de estaño por 100 de plomo. A medida que el óxido se produce, se segrega hácia los lados y se añade de vez en cuando una nueva mezcla, hasta que se haya empleado todo lo que se desea calcinar. Al quitar el óxido, es menester cuidar que no se recojan las partes metálicas no oxidadas. Despues de terminada la calcinacion, y de enfriado el óxido, se muele y se separa por levigacion la parte oxidada de la que no lo está. Se mezcla en seguida él óxido, en el estado de tenuidad que mas posible sea, con las sustancias siguientes y en las proporciones que vamos á indicar: arena, cuatro partes; sal marina, una; óxido de plomo y estaño, cuatro. Se pone esta mezcla en un crisol , ó sobre una capa de arena, ó de cal apagada al aire, ó de cenizas, disponiendo esto debajo del horno donde se cuece la loza. Esta masa se vitrifica á medias y con frecuencia se halla fundirla la parte superior, constituyendo una frita que sirve de radical á casi todos los esmaltes. Basta variar la proporcion de los ingredientes para obtener esmaltes mas blancos, mas opacos ó mas fusibles. La fusibilidad depende de la cantidad de arena ó de fundente; la opacidad y la blancura proceden del estaño. La sal de tártaro, la potasa ó la sosa pueden reemplazar la sal marina que hemos indicado en la receta anterior; pero cada uno de estos fundentes da una cualidad particular al esmalte que resulta. He aqui los procedimientos mas usados para obtener los principales colores.
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