Se cree que el Orbe de la Eternidad fue el primer Orbe de Resurrección jamás creado. Durante milenios reposó en templo primitivo del mundo de Ormandus, donde la población indígena se maravillaba por su capacidad divina de reparar su tecnología. Desde que una hueste de Pretorianos de la Triarca puso en orden esta situación, el orbe se concede como una dádiva a aquellos nobles que son considerados dignos de un poder tan asombroso.
Se cree que el Orbe de la Eternidad fue el primer Orbe de Resurrección jamás creado. Durante milenios reposó en templo primitivo del mundo de Ormandus, donde la población indígena se maravillaba por su capacidad divina de reparar su tecnología. Desde que una hueste de Pretorianos de la Triarca puso en orden esta situación, el orbe se concede como una dádiva a aquellos nobles que son considerados dignos de un poder tan asombroso.