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| - Caroline Lovell, mujer de Melbourne, Australia; de 36 años, fotógrafa y partidaria del parto domiciliario, falleció el 24 de enero de 2012 al dar a luz a su segunda hija en su hogar con la ayuda de dos comadronas. La niña logró sobrevivir. Lovell luchó siempre para que el gobierno de Australia colaborara para que las mujeres parturientas pudieran elegir con tranquilidad la opción del parto domiciliario. Así las cosas, ella hizo menesteres para que su siguiente parto -el primero fue en hospital, donde nació Zahra- fuera en su hogar. Lovell y su esposo Nick contrataron a dos comadronas para asistirles con el parto: Gaye Demanuele y Melody Bourne, la de menos experiencia.
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| - Caroline Lovell, mujer de Melbourne, Australia; de 36 años, fotógrafa y partidaria del parto domiciliario, falleció el 24 de enero de 2012 al dar a luz a su segunda hija en su hogar con la ayuda de dos comadronas. La niña logró sobrevivir. Lovell luchó siempre para que el gobierno de Australia colaborara para que las mujeres parturientas pudieran elegir con tranquilidad la opción del parto domiciliario. Así las cosas, ella hizo menesteres para que su siguiente parto -el primero fue en hospital, donde nació Zahra- fuera en su hogar. Lovell y su esposo Nick contrataron a dos comadronas para asistirles con el parto: Gaye Demanuele y Melody Bourne, la de menos experiencia. El nacimiento se llevó a cabo en una piscina para partos supuestamente adecuada para las necesidades de la mujer. Aunque aparentemente todo salió bien, cerca de una hora después del parto, tanto Gaye Demanuele como el esposo de Lovell, notaron que algo andaba mal cuando la señora Lovell se desmayó al salir de la piscina. Después, la señora Lovell comenzó a hiperventilar y Demanuele no pudo deducir qué era lo que sucedía, y sin embargo le dijo al esposo de Lovell que su mujer estaba siendo presa del pánico y que no identificaba ningún síntoma físico así que le ofreció un tratamiento homeopático de rescate. Pasado mucho tiempo, los involucrados llevaron a la mujer al hospital. En este caso, todo apunta a que fue una negligencia de las personas que la asistieron. 12 horas después del parto, la señora Lovell falleció. Marie Daley, la paramédico que ayudó al traslado de la paciente, mencionó que Nick Lovell le comentó que su mujer le había tomado fuertemente por la camisa rogándole que la llevaran al hospital. Los obstetras mencionan que los "síntomas clásicos" de la pérdida considerable de sangre son la ansiedad, agitación y dificultad para respirar, por lo que piensan que la señora Lovell había sufrido una hemorragia considerable que terminó por matarla. La doctora Claire Petterson estimó que la señora Lovell perdió tres litros de sangre, lo que contradice lo que las comadronas consideraron previamente: que la mujer había perdido únicamente 400 mililitros. Ya en su primer parto, Lovell había padecido una hemorragia postparto, pero con los cuidados médicos adecuados pudo salir avante. Para empeorar las cosas, Demanuele ofreció una terapia de rescate homeopática para "tratar" la ansiedad, aún sin haberle medido la presión sanguínea que, según afirmaron los especialistas, debía ir en caída en ese momento. Hoy día Demanuele enfrenta cargos por negligencia al dejar morir a una mujer que pidió una ambulancia debido a su temor a morir. Una muerte que, según el forense, es fácilmente prevenible en hospitales.
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