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| - era el único que con su hacha vencer a Ellabeth podía.
- Y, al abrir la primera puerta, encontró a Nienolas descuartizado.
- Lorinthyrae hizo caso omiso, su destino no estaba dictado.
- Durante semanas, trabajó en su venganza con dedicación.
- . A Ellabeth, yo canto, reina del hacha,
- A su derecha había una puerta y la abrió.
- Aunque su leyenda no habla de sus hachazos
- V. Ellabeth había mentido, no había ningún demonio escondido.
- Cómo no, las de Hibernalia, de casi dos metros.
- De Alfhedil en Tel Aruhn aprendió con esmero.
- Debía elegir un camino y hacerlo con premura.
- Ellabeth decidió explicarle todo el entuerto.
- En Mephala y Sheogorath encontró la inspiración.
- En una puerta, Nienolas y ella la esperarían.
- Si ella talaba cincuenta, él cincuenta y tres cortaba garboso
- La atravesó, camino de los páramos desiertos,
- sino del hombre que su corazón partió en pedazos.
- Si no, un hacha la llevaría a la sepultura.
- Si, a pesar de todo, su deseo no podía apagar
- Tras la segunda, un demonio haría aparición.
- Una noche, raptó a su rival sin benevolencia,
- Y detrás de la tercera, estaba la salvación.
- Y las hachas de filo hueco de los elfos del oeste,
- capaz de derrumbar un olmo entero
- e instó a Lorinthyrae a salir, es cierto.
- en una habitación con tres puertas y vacía.
- y le dijo que más amaba al mango y astil de su machado.
- su corazón para Lorinthyrae solo tenía lugar.
- y comenzó a pensar en la muerte con penuria.
- y talar el Bosque Valen de una racha.
- que cimbrean y silban cuando atraviesan a cualquier hueste.
- De la doncella Ellabeth, la reina del hacha, se apoderó la furia
- Cuando le declaró su amor, Nienolas se rió descarado
- Con la de dos filos, a más de diez llegó a matar.
- Con un hacha de un solo filo, podía a dos hombres decapitar.
- Lorinthyrae comenzó a llorar y Ellabeth se arrepintió.
- I. Llegado de Rosa Negra, Nienolas Ulwarth el Poderoso
- Él le enseñó a blandir el arma y la postura
- para que el hacha oscilase elegante y con soltura.
También las hachas con púas de los orcos fieros.
- Ellabeth sintió de inmediato que era el hombre que quería.
- Y las extremidades que de Nienolas faltaban, tras la tercera puerta se hallaban.
- Y le expuso sus opciones entre condena y supervivencia.
- II. Lorinthyrae se despertó en una casa en un desierto,
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