abstract
| - Entró en mi con la certeza de no volver a salir, como una fiel sombra me acompaña desde entonces. A mi alrededor solo hay un inmenso pasto, árboles tan grandes que no alcanzaría a describir. No hacen falta más que dos pasos para saber que me he ido, y así perder el control, como un inmenso sueño. Aquel momento podría ser descrito como una paz ardiente. Serotonina liberada en cantidades exageradas se apoderan de una manera casi desgarradora de mi realidad. Un árbol inmenso y naturalmente opaco se atraviesa en mi camino, y sin tener la menor idea que ese árbol que acabo de apreciar, no es más que mi futuro, entonces suelto las cargas y me dispongo a abrazarlo, sin darme cuenta de que fue una ilusión. Millones de payasos me observan fascinados, soy la atracción principal. El cielo, frío, lejano, azul... Siento que vuelo, me observo desde las alturas con lamentable decepción. ¿Qué estoy haciendo? Jamás lo sabré con certeza, entonces me dispongo nuevamente a no pensar en absolutamente nada y dejar que mi mente se deje llevar por el enigmático placer de ser libre, al fin. Finalmente me violan, ¿dos o tres? Jamás lo sabré con certeza. Hermosa palabra... Certeza. Mi madre me la repetía constantemente mientras recibía algún mísero centavo que ofreciera cualquier hombre por éste cuerpo. Observo mi mano con un aire apagado. Esto no es real, de nuevo nada lo es. Estoy divagando entre hermosos pensamientos de lo que pudo haber sido mi vida, pero no lo es, porque soy solo una ilusión de lo que quise haber superado, pero no lo hice. Mi cuerpo debe encontrarse en algún centro médico dopado totalmente, dando lugar a estas vagas alucinaciones, porque yo jamás podría haber superado aquel hecho, tan hermoso y devastador. Categoría:Otros
|