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| - Mamá:
Entiendo tus preocupaciones, pero realmente no hay nada por lo que debas asustarte tanto. El primer equipo que trabajó aquí era un hatajo de idiotas y bebedores de leche que no sabían vigilar su propia espalda. Puede que nosotros nos encontremos con algunos problemas, pero nada que no hayamos visto antes.
El tipo que nos contrató, Ralis, me resulta un poco raro. No le quitaré el ojo de encima, así que no sumes a esto a tus preocupaciones. Estamos bien. No nos pasará nada. Tú preocúpate por ti y por papá, y yo cuidaré de mí.
Ya hablaremos cuando vuelva a casa. Con esta carta deberá llegarte dinero suficiente y, si te falta algo, cóbratelo con la piel del mensajero.
Te quiere,
- Mireli
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