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| - Cuando Abaddon el Saqueador empezó a preparar su 6ª Cruzada Negra, la cábala de Hechiceros del Señor de la Guerra le informó sobre la huida de Drecarth el Sin Vista en Maeleum, y le advirtió que un antiguo aliado se alzaría un día para subvertir a la Legión Negra, cambiando su lealtad con el recuerdo del difunto Primarca Horus. Así, bajo bandera de tregua, Abaddon hizo un pacto con los Hijos del Ojo de Drecarth y se alió con ellos durante la Sexta Cruzada Negra, iniciada en el 901.M36. El Señor de la Guerra quería convertir a los Hijos del Ojo en un ejemplo, una terrible advertencia para cualquiera que pensara en retar a su poder, pero necesitaba disponer el escenario de su venganza para que nadie pudiera dudar jamás de su resolución.
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| - Cuando Abaddon el Saqueador empezó a preparar su 6ª Cruzada Negra, la cábala de Hechiceros del Señor de la Guerra le informó sobre la huida de Drecarth el Sin Vista en Maeleum, y le advirtió que un antiguo aliado se alzaría un día para subvertir a la Legión Negra, cambiando su lealtad con el recuerdo del difunto Primarca Horus. Así, bajo bandera de tregua, Abaddon hizo un pacto con los Hijos del Ojo de Drecarth y se alió con ellos durante la Sexta Cruzada Negra, iniciada en el 901.M36. El Señor de la Guerra quería convertir a los Hijos del Ojo en un ejemplo, una terrible advertencia para cualquiera que pensara en retar a su poder, pero necesitaba disponer el escenario de su venganza para que nadie pudiera dudar jamás de su resolución. Abaddon asedió el mundo forja de Arkreath, ofreciendo a Drecarth y a sus Hijos del Ojo un reparto equitativo del botín. Durante meses, las Legiones lucharon codo con codo contra las defensas del Adeptus Mechanicus, bombardeando sus grandes ciudades desde el espacio. Finalmente, los Traidores se alzaron triunfantes en las humeantes ruinas de los grandes Manufactorums, rodeados por los cadáveres tirados en el suelo. Cuando Drecarth extendió la mano como saludo, Abaddon la tomó en la suya, solo para clavar su garra en el abdomen del Señor del Caos. Drecarth vivió lo suficiente para ver a los Hijos del Ojo arrodillarse ante Abaddon antes de que el Señor de la Guerra le arrancase su cráneo y columna vertebral.
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