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| - Si uno echase un vistazo al registro de servicio del hermano de asalto Alfagon, quizá no lo encontraría demasiado interesante. Y si lo leyera con mayor atención, quizá le sorprendería que un hermano con bastantes décadas de servicio y una habilidad de combate superior al promedio siga siendo parte de una Compañía de Reserva, mientras que los que gozan de una antigüedad similar han sido trasladados a Compañías de Batalla, o ascendidos a Sargentos. Aunque, si alguien ahondase en los motivos, quizá creería descubrirlos en el intermitente registro de incumplimientos de órdenes de Alfagon. Incumplimientos en forma de abandono de su puesto en campaña, para reaparecer sin más días despues, como si tal cosa, sin dar motivo alguno. Ni las broncas de sus superiores ni los días en las celdas de castigo parecen haber corregido del todo esta tendencia. Cuando lleva años sin volver a hacer "una de las suyas" y parece por fin "reformado", Alfagon repite. thumb|350px|left|Marines de Asalto de los Martillos de Wikia. Una vez incluso su furioso Sargento llamó a un Capellán para que lo interrogase en busca de cualquier mancha de herejía o traición al Capítulo. El objetivo estaba claro: Ante cualquier indicio de impureza, el hermano Alfagon sería purgado. Aun sin llegar a la tortura, el Capellán hizo un buen trabajo e interrogó y presionó durante días a Alfagon, solo para dar el informe de que no había mancha en él, ni fractura en su lealtad al Capítulo. Así que su Sargento simplemente concluyó que estaba ante un extraño caso de conducta errática ocasional, que tendría que ir puliendo. Se pregunte a quien se pregunte, el hermano Alfagon no crea en su unidad más problemas que los que ocasionan sus puntuales desapariciones. Pero nadie confía del todo en él. Solo se recuerdan como hechos reseñables un par de estallidos de cólera ante altos mandos de la Guardia Imperial. De hecho se le considera un estupendo combatiente, que ya habría ascendido de tener otra reputación. Si alguien se hubiera tomado la molestia de examinar realmente a fondo el historial de Alfagon, se daría cuenta de que todas sus puntuales desapariciones se han producido durante campañas en las que su unidad combatía codo con codo con la Guardia Imperial. Y quizá obtuviera conclusiones erróneas. Pero nadie lo ha hecho. La verdad sobre el hermano Alfagon, ése al que sus compañeros de escuadra hacen un silencioso vacío, en el que no confían por si vuelve a desaparecer en plena campaña, es mucho más compleja de lo que muestra el historial. Como suele pasar.
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