El gas venenoso sigue filtrándose, se está expandiendo en cantidades más concentradas. Ya es imposible acceder a las instalaciones subterráneas sin encender el sistema de ventilación.
El sistema de ventilación utiliza mucha energía, así que cuando lo necesitamos lo dejamos apagado.
Acabamos de reabrir las minas, pero no por mucho tiempo como sigamos así. Si perdemos este lugar, entonces a la isla no le quedará nada de nada.