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| - La serie “Planeta Encantado (Serie)”, es una obra del charlatán, pseudohistoriador, pseudoinvestigador y ex periodista honesto J. J. Benítez. La serie fue emitida por primera vez en España el 19 de octubre de 2003 por la noche, en un canal de una cadena pública con fondos de los impuestos ciudadanos. Fue presentada por los responsables de la cadena como “investigación periodística” y “nueva apuesta por emitir documentales de calidad”. La serie fue lanzada en DVD el 23 de mayo de 2007. Sin embargo, las incorrecciones científicas e históricas son constantes en toda la serie. Para el director del planetario de Pamplona, Javier Armentia, “esta serie, presentada como un documental, es decir, como un recuento cierto de la realidad, no como ficción, ha incurrido en mentiras, ocultaciones, errores y fraudes al televidente”. El producto, cuyo coste se estima en unos ocho millones de euros intenta presentar como hipótesis válidas o como realidades lo que desde un punto de vista histórico y científico son únicamente leyendas, mitos o, incluso, burdas falsedades. Los temas tratados en los programas emitidos se han centraron en misterios que lo son solamente en la mente del creador de este cúmulo de despropósitos al que se ha pretendido dar el disfraz de divulgación científica. Para empezar, Benítez no duda en utilizar la animación digital para ofrecer filmaciones de “primicia mundial”. Por ejemplo, nos enseña unas imágenes que probarían supuestamente que Armstrong y Aldrin encontraron en 1969 en la Luna una base alienígena de miles de años de antigüedad y que “Estados Unidos usó armas tácticas y nucleares” para destruirla. En realidad, se trata de un video creado por la empresa guipuzcoana Dibulitoon, que utilizó programas de animación digital. La arqueología unida al error científico o a la invención pseudohistórica llana lleva a Benítez a afirmar en Perú que, como se ve en las fraudulentas “piedras de Ica”, hombres y dinosaurios convivieron, cuando estos últimos desaparecieron hace 65 millones de años, y los primeros homínidos surgieron en África hace poco más de 6 millones de años. Y la arqueología unida a lo paranormal le lleva a la isla de Pascua para afirmar que las famosas estatuas, los ‘moais’, llegaron allí gracias al ‘maná’, el poder sobrenatural del rey y los sacerdotes, cuando los científicos han demostrado la teoría del arrastre sobre troncos. En México y Costa Rica, Benítez muestra la existencia de unas esferas de piedra que él cree son “obras gigantescas más propias de dioses que de titanes”. Sin embargo, en el caso de las piedras mexicanas de la sierra de Ameca, en el Estado de Jalisco, los científicos las atribuyen un origen volcánico, mientras que las de Costa Rica se tratarían de la obra de indígenas precolombinos. Y por supuesto, los extraterrestres no faltan, como vemos en varios de sus episodios, y habla por ejemplo de los “hombres-peces” del sistema estelar de Sirio, la estrella más brillante del cielo, que hace unos mil años visitaron y enseñaron su ubicación al pueblo dogon en el actual Mali. Carl Sagan en su libro ‘El cerebro de Broca’ explicaba que este pueblo africano conocía también la existencia de los cuatro satélites interiores de Júpiter y de los anillos de Saturno, así como que la órbita de los planetas es elíptica, por lo que pudieron conocerlo por misioneros o exploradores. Con Planeta Encantado, Benítez ofreció una ración de sus pintorescas teorías sobre los misterios, reales e imaginarios, que constituyen el universo peculiar de este ufólogo. En cada episodio Benítez hacía pasar sus “investigaciones” por serios desafíos a los conocimientos científicos ya establecidos, hasta tal punto que más de trescientas personas, muchas de ellas arqueólogos, historiadores, astrónomos o físicos, suscribieron un manifiesto en el que se pedía la retirada del programa o, cuanto menos, que se emitiera con la previa advertencia de que su contenido respondía sólo a la imaginación de su autor, cuyas conclusiones no solamente no cuentan con aval científico alguno, sino que con frecuencia han sido total y absolutamente refutadas. Hasta ahora, RTVE ha dado la callada por respuesta a este manifiesto, quizá porque Benítez ha jugado con maestría con la ambigüedad, cuidándose muy bien de presentar sus afirmaciones como poco más que “su opinión”. Pero la situación cambió radicalmente con “El Mirlo Rojo”, el episodio emitido el pasado 11 de enero. El argumento de “El Mirlo Rojo” es una historia ya muy conocida entre los creyentes en la ufología: que la NASA, en sus viajes a la Luna, encontró ruinas que evidenciaban la existencia de civilizaciones extraterrestres y procedió a su destrucción para ocultar al gran público tan sensacional hallazgo. La eficacia con la que la agencia espacial norteamericana, con la colaboración de los servicios secretos, destruyó toda prueba del descubrimiento fue tan grande que hasta la fecha la única evidencia sobre estos hechos se encontraba en las declaraciones de ufólogos, “contactados” y supuestos ex-espías que llevan años gritando a los cuatro vientos lo mucho que peligra su vida por hacernos partícipes de tan escalofriante secreto. No hubiera habido problema alguno de no ser porque los falsos documentales fueron pagados con los impuestos de todos los ciudadanos de ese país. Benítez tiene el derecho de creer o no creer lo que le venga en gana según el calibre de su ignorancia, pero resulta inaceptable que intente propalar un cúmulo de vulgares supercherías y pseudoarqueología con dinero público..
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