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| - Abrams abandonó Stanford y empezó a enseñar espondiloterapia a otros médicos por una tarifa de 200 dólares. Después elaboró la idea de diagnosticar enfermedades por medio de una caja hermética, con una apariencia científica y de color negro, que llamó Dynamizer. Este dispositivo, afirmaba Abrams, funcionaba a cualquier distancia analizando una gota de sangre del paciente y, lo más ridículo, podía incluso determinar la afiliación religiosa del paciente.
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Nombre
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Lugar
| - San Francisco, California
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abstract
| - Abrams abandonó Stanford y empezó a enseñar espondiloterapia a otros médicos por una tarifa de 200 dólares. Después elaboró la idea de diagnosticar enfermedades por medio de una caja hermética, con una apariencia científica y de color negro, que llamó Dynamizer. Este dispositivo, afirmaba Abrams, funcionaba a cualquier distancia analizando una gota de sangre del paciente y, lo más ridículo, podía incluso determinar la afiliación religiosa del paciente. Muchas personas, incluyendo algunos doctores, le creyeron. Pronto Abrams estuvo enviando curas a sus pacientes mediante ondas de radio a través de otro dispositivo sanador que llamó el Omnipotent Oscilloclast. Otras variedades de estas cajas eran el Biodynamometer y el Reflexophone. La verdad es que sus pacientes se tomaron todo esto muy en serio pagando espléndidamente por sus servicios. Las distintas cajas de Abrams estaban disponibles en alquiler para futuros curanderos espontáneos, pero se sellaban a conciencia. El acuerdo era que el arrendatario no podía examinar el interior del dispositivo. Cuando unos pocos escépticos abrieron las cajas, simplemente encontraron cables, unas pocas resistencias, un pequeño motor que solo hacía un ruido amortiguado, y nada que de alguna manera pudiera realizar un diagnóstico o enviar e incluso producir ondas de radio. Los investigadores incluso enviaron a Abrams gotas de tinta roja, siendo aún el dispositivo capaz de encontrar enfermedades humanas en las muestras. Una gotita de sangre de pollo conllevaba un diagnóstico de cáncer, malaria, diabetes y dos enfermedades venéreas distintas. Parecía que el pollo había tenido una vida inusual en una existencia de apenas un año. La Asociación Médica Americana llamó a Abrams el “decano de los charlatanes del siglo XX”. Murió muy rico en 1924 con un patrimonio de millones de dólares.
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