Los refugiados la atestaron hasta que no cabía nadie más. Los días pasaron y los daedra seguían sin acercarse más allá del alcance de las flechas. Algunos incluso afirmaron: "¡Nos temen, hasta los daedra saben que no se debe faltar al respeto a la sabiduría y la magia de la Ley de la Torre de Cristal!". Sin embargo, algunos prisioneros altmer no pudieron acceder a la torre por lo que los daedra los descuartizaron, devoraron vivos, empalaron por sus máquinas y fueron despedazados para alimentar a sus bestias.
Los refugiados la atestaron hasta que no cabía nadie más. Los días pasaron y los daedra seguían sin acercarse más allá del alcance de las flechas. Algunos incluso afirmaron: "¡Nos temen, hasta los daedra saben que no se debe faltar al respeto a la sabiduría y la magia de la Ley de la Torre de Cristal!". Sin embargo, algunos prisioneros altmer no pudieron acceder a la torre por lo que los daedra los descuartizaron, devoraron vivos, empalaron por sus máquinas y fueron despedazados para alimentar a sus bestias. A pesar de los esfuerzos tanto de hechiceros como arqueros, las hordas daedras superaron las murallas trepando por los cadáveres de sus huestes, y la Torre de Cristal se derrumbo "con la dignidad de un mendigo que se enfrenta a un inquebrantable puño de acero.".