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| - Los más recientes descubrimientos científicos que nos llegan por muchos medios, con frecuencia ni son descubrimientos, ni son científicos. ¿Cómo identificar el falso conocimiento? A veces parece que todo el conocimiento está ya descubierto pero por alguna razón no se utiliza ni se enseña en las escuelas: la cura para el cáncer, la forma de mantenernos esbeltos y recuperar el cabello, la energía gratuita y abundante, dinero para todos y otras maravillas. O al menos eso nos dicen muchas cadenas de correo electrónico, las redes sociales y distintos medios de comunicación de fiabilidad no confirmada.
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| - Los más recientes descubrimientos científicos que nos llegan por muchos medios, con frecuencia ni son descubrimientos, ni son científicos. ¿Cómo identificar el falso conocimiento? A veces parece que todo el conocimiento está ya descubierto pero por alguna razón no se utiliza ni se enseña en las escuelas: la cura para el cáncer, la forma de mantenernos esbeltos y recuperar el cabello, la energía gratuita y abundante, dinero para todos y otras maravillas. O al menos eso nos dicen muchas cadenas de correo electrónico, las redes sociales y distintos medios de comunicación de fiabilidad no confirmada. Estas afirmaciones suelen venir sustentadas en elementos que solemos identificar con la ciencia: palabras como "cuántica", "energías", "vibraciones", "matrices" u "holístico", supuestos "expertos" y variados argumentos. Se disfrazan de ciencia, pero ni aplican sus métodos, ni sus precauciones, ni sus protocolos, ni son resultado del intenso trabajo supervisado por otros científicos que permite alcanzar conocimientos razonablemente certeros. Y, no pueden presentar las evidencias que le exigimos a la ciencia. Estas pseudociencias, formas modernas de la superstición, pueden costarnos dinero y salud. Todos conocemos a alguien que, por creer en terapias no demostradas, ha perdido la calidad y cantidad de vida, como el caso de Steve Jobs. Y es que, por imperfecta que sea la ciencia, es nuestra mejor apuesta para todo, desde hacer edificios hasta atender nuestra salud o hacer Internet. Conviene, entonces, ser escéptico. Pero ¿cómo, sin ser científico, puede alguien separar el trigo de la paja? Aquí tenemos 7 preguntas para detectar, con razonable certeza, si estamos ante una pseudociencia.
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