Durante la década del 1990, el uso de cualquiera de estas tres maldiciones sobre otro ser humano, sea muggle o mago, resultaría en una sentencia de por vida a Azkaban, a menos que hubiese la suficiente evidencia de que el lanzador estuviera bajo la influencia de la Maldición Imperius. A los aurores se les permitió su uso durante la Primera Guerra Mágica, y durante el auge de la Segunda Guerra Mágica bajo el régimen de Lord Voldemort las maldiciones fueron legales, aunque esto último seguramente fue derogado luego de la derrota de Voldemort.
Durante la década del 1990, el uso de cualquiera de estas tres maldiciones sobre otro ser humano, sea muggle o mago, resultaría en una sentencia de por vida a Azkaban, a menos que hubiese la suficiente evidencia de que el lanzador estuviera bajo la influencia de la Maldición Imperius. A los aurores se les permitió su uso durante la Primera Guerra Mágica, y durante el auge de la Segunda Guerra Mágica bajo el régimen de Lord Voldemort las maldiciones fueron legales, aunque esto último seguramente fue derogado luego de la derrota de Voldemort.